En las discusiones previas a las reuniones finales programadas para el 6 de diciembre, los “modelos de plataforma” o la IA generativa han surgido como un obstáculo importante, dijo la fuente anónima.
Los modelos de plataforma como el construido por OpenAI de Microsoft son sistemas de IA entrenados en grandes conjuntos de datos, con la capacidad de aprender de nuevos datos para realizar una variedad de tareas.
Tras dos años de negociaciones, el Parlamento Europeo aprobó el proyecto de ley en junio. Sin embargo, el contenido del proyecto de reglamento sobre IA debe ahora acordarse mediante reuniones entre representantes del Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión Europea.
Si bien algunos expertos y legisladores han propuesto un enfoque escalonado para regular los modelos de plataforma, como una base de usuarios de plataforma de 45 millones o más, otros han argumentado que los modelos más pequeños también podrían correr el mismo riesgo.
Pero el mayor desafío para llegar a un acuerdo proviene de Francia, Alemania e Italia, países que están a favor de permitir que los creadores de modelos de IA se autorregulen en lugar de tener reglas rígidas.
Los eurodiputados europeos, el comisario europeo Thierry Breton y muchos investigadores de IA se han opuesto a dejar que las empresas de IA se “autorregulen”, ya que esto “probablemente no cumpla los estándares necesarios para la seguridad del modelo de plataforma”.
Por otro lado, las empresas no quieren estar sujetas a estándares rígidos para la tecnología que utilizan para crear sus productos. La empresa de inteligencia artificial Mistral, con sede en Francia, y la alemana Aleph Alpha han criticado el enfoque de gestión jerárquica.
Fuentes de Reuters dijeron que Mistral estaba a favor de reglas duras sobre los productos, no sobre la tecnología utilizada en su interior.
Dividido y ambiguo
“Si bien las partes interesadas están haciendo todo lo posible para mantener las negociaciones en marcha, la creciente incertidumbre jurídica no beneficia a las industrias europeas”, dijo Kirsten Rulf, socia y directora asociada de Boston Consulting Group. “Las empresas europeas quieren planificar el año que viene y muchas quieren ver cierta certidumbre en torno a la entrada en vigor de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE en 2024”.
Otros temas pendientes en las negociaciones incluyen la definición de IA, las evaluaciones de impacto sobre los derechos fundamentales, las excepciones de aplicación de la ley y las excepciones de seguridad nacional.
Los legisladores también están divididos sobre el uso de sistemas de inteligencia artificial por parte de las fuerzas del orden para identificar biométricamente a las personas en espacios públicos.
España, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE hasta finales de año, ha estado tratando de acelerar el proceso para alcanzar un acuerdo.
Si no se llega a un acuerdo para diciembre, la próxima presidencia, Bélgica, tendrá apenas unos meses para lograrlo antes de que todo el asunto probablemente quede archivado hasta después de las elecciones europeas.
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