Bañarse inmediatamente después de practicar deporte, ya sea en agua fría o caliente, aumenta la presión sobre el cuerpo, lo que puede provocar un accidente cerebrovascular y un ataque cardíaco.
El doctor Doan Du Manh, miembro de la Asociación de Enfermedades Vasculares de Vietnam, dijo que la actividad física y los deportes aportan muchos beneficios para la salud, entre ellos mejorar la fuerza muscular, aumentar la resistencia y mejorar el estado de ánimo. Un hábito común que muchas personas suelen tener es ducharse inmediatamente después de la actividad física para refrescar y relajar el cuerpo. Sin embargo, estudios científicos demuestran que esta acción puede traer muchos riesgos para la salud, llegando incluso a provocar un derrame cerebral.
Durante la actividad física, el cuerpo experimenta una serie de cambios fisiológicos, incluido el aumento de la circulación sanguínea y la frecuencia cardíaca para proporcionar energía, oxígeno y nutrientes a los músculos que trabajan. Tomar una ducha fría puede provocar una caída repentina de la temperatura corporal, provocando una fuerte constricción de arterias y venas, aumentando la presión sobre el sistema cardiovascular. Esto aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y un ataque cardíaco, especialmente en personas con antecedentes de enfermedad cardíaca.
Los baños calientes también entrañan muchos riesgos, aumentando el estrés en el cuerpo. Durante la actividad física, el cuerpo desarrolla un mecanismo natural para regular la presión arterial. Sin embargo, seguir aumentando la presión sobre el cuerpo a través de baños calientes puede provocar un desequilibrio en la presión arterial, dando lugar a condiciones peligrosas como crisis hipertensivas, aumentando el riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco.
"El cuerpo necesita tiempo para volver a la normalidad después de terminar la actividad física. Bañarse, ya sea frío o caliente, inmediatamente después del ejercicio puede aumentar el riesgo de infarto porque el cuerpo no tiene tiempo suficiente para adaptarse", explicó el médico.
Además de los riesgos relacionados con las enfermedades cardiovasculares, bañarse inmediatamente después de practicar deporte también tiene un impacto negativo en los músculos, provocando lesiones musculares. De hecho, los músculos en un estado de ejercicio vigoroso se vuelven más flexibles y se tensan más fácilmente. Ducharse inmediatamente después de hacer ejercicio puede provocar que los músculos se contraigan repentinamente, lo que aumenta el riesgo de sufrir lesiones como calambres o esguinces.
Los médicos señalan que después del ejercicio es necesario enfriarse antes de salir del gimnasio con movimientos de estiramiento de baja intensidad. Esto es muy importante si quieres que tu cuerpo vuelva a un estado de reposo, ayudando a normalizar tu frecuencia cardíaca y temperatura corporal. El momento ideal para tomar un baño es cuando el cuerpo ha descansado unos 20-30 minutos y ha dejado de sudar. Durante este tiempo, puedes beber agua para compensar la pérdida de agua durante el ejercicio.
Bañarse después de que el cuerpo ha descansado tiene muchos beneficios, como ayudar a restaurar y aumentar la resistencia muscular para los siguientes entrenamientos, eliminar bacterias de la piel, evitar la obstrucción de los poros y mejorar la inmunidad.
Inicialmente, báñese con agua tibia y luego reduzca gradualmente la temperatura. En caso de que no puedas ducharte, puedes utilizar una toalla limpia y seca para absorber el sudor y evitar que se obstruyan los poros. Luego, cámbiate la ropa de entrenamiento por ropa holgada y aireada y espera hasta que puedas ducharte.
Tuy Quynh
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