El hígado funcionará eficazmente si tiene suficientes vitaminas A, B, C… y nutrientes esenciales en la dieta.
El doctor Vu Truong Khanh (jefe del Departamento de Gastroenterología del Hospital General Tam Anh de Hanoi) dijo que las vitaminas esenciales ayudan al hígado a realizar tareas como la digestión, la síntesis de proteínas, la producción de hormonas y el filtrado de toxinas en la dieta y el medio ambiente. La ingesta inadecuada de vitaminas esenciales puede afectar la salud del hígado y alterar sus funciones. Ciertas vitaminas y minerales pueden ayudar a fortalecer el hígado y mejorar el proceso de desintoxicación del cuerpo.
Vitamina A
El Dr. Khanh dijo que la deficiencia de vitamina A es una de las deficiencias nutricionales más comunes en el mundo. La vitamina A interviene en muchos procesos metabólicos del hígado. Una deficiencia de esta vitamina puede afectar la función hepática.
Aunque la vitamina A tiene algunos beneficios para las personas con enfermedad hepática, puede ser tóxica para el órgano en dosis altas. Por lo tanto, las personas con enfermedad hepática crónica, especialmente aquellas con cirrosis, sólo deben tomar suplementos de vitamina A cuando lo prescriba un médico.
Las vitaminas se encuentran comúnmente en frutas y verduras y ayudan a proteger la salud del hígado. Foto: Freepik
Vitamina D
Según una investigación de la Universidad de Tennessee en Memphis, de más de 100 pacientes con enfermedad hepática crónica que participaron en el estudio, más del 90% tenían algún grado de deficiencia de vitamina D. Los investigadores sugieren que la deficiencia grave de vitamina D es más común en personas con cirrosis. Sin embargo, el exceso de esta vitamina, a menudo causado por tomar demasiados suplementos, puede causar pérdida de apetito, náuseas y vómitos e hipercalcemia.
Vitamina C y E
Las vitaminas C y E son antioxidantes que pueden proteger al cuerpo contra posibles daños causados por los radicales libres, los productos químicos tóxicos y los contaminantes. Los niveles bajos de antioxidantes pueden crear una condición llamada estrés oxidativo. El resultado de este desequilibrio afecta negativamente a las células del cuerpo en general y a las células del hígado en particular, provocando daño a las células hepáticas, especialmente en personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Las personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico tienen niveles bajos de vitamina E en la sangre, debido al estrés oxidativo. Aunque la vitamina E tiene algunos beneficios para las personas con enfermedad hepática, puede ser peligrosa si se toma en exceso. En dosis superiores a 1.200 UI al día, la vitamina E puede diluir la sangre y provocar sangrado.
Vitamina B
El Dr. Khanh señala que la vitamina B es una de las mejores vitaminas para la función hepática. Comer alimentos ricos en vitaminas B puede ayudar a revertir los síntomas de algunas enfermedades hepáticas en etapa temprana, como la enfermedad hepática alcohólica. La enfermedad hepática puede causar deficiencias de vitaminas B1, B6 y B12. La deficiencia grave de vitamina B1 provoca deterioro mental. Las personas con deficiencia de vitamina B6 pueden experimentar hormigueo y entumecimiento debido al daño nervioso. La deficiencia de vitamina B12 causa anemia. La mayoría de las vitaminas B no se pueden almacenar en el cuerpo y deben consumirse en una dieta equilibrada de verduras, aves, cereales integrales, frutas...
La dieta puede proporcionar al cuerpo gran cantidad de antioxidantes y favorecer la desintoxicación del hígado. Sin embargo, las personas con enfermedad hepática crónica deben prestar atención a la cantidad de vitaminas que toman al tomar suplementos, especialmente algunas vitaminas como la vitamina E y la vitamina A, que deben ser recetadas por un médico.
Esmeralda
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