Un estudio de la Universidad de Harvard muestra que el coeficiente intelectual de un niño se puede observar ya a los 3 años de edad. Lo que es aún más sorprendente es que los niños con coeficiente intelectual alto a menudo tienen tres hábitos en común.
Según el estudio, fueron realizados por psicólogos y expertos en desarrollo infantil de la Universidad de Harvard. Observaron y estudiaron a más de 1.000 niños de 3 años durante un año. Los investigadores descubrieron que el coeficiente intelectual de estos niños estaba estrechamente relacionado con sus hábitos de estilo de vida.
1. Los niños inteligentes a menudo juegan libremente, sin restricciones.
El juego libre anima a los niños a aprender a resolver problemas por sí mismos y a mejorar otras habilidades blandas. Ilustración
El cerebro de los niños inteligentes está siempre activo ya sea que estén jugando o solos. Las investigaciones muestran que los niños a quienes se les permite jugar libremente tienen un mejor desarrollo intelectual que los niños que se ven obligados a seguir las disposiciones de sus padres.
El juego libre anima a los niños a aprender a resolver problemas por sí mismos y a mejorar otras habilidades blandas.
Al ponerse en situaciones desafiantes, el cerebro del niño se desarrollará fuertemente. A través de esas experiencias, los estudiantes sabrán cómo aplicar sus conocimientos y experiencias a la vida diaria.
2. A los niños inteligentes les encanta leer libros.
Los niños que leen libros todos los días tienen mejor vocabulario, comprensión del lenguaje y memoria que los niños que leen menos. Ilustración
Los niños inteligentes a menudo aprenden a leer temprano y tienen el hábito de leer. Para muchos niños, los libros se convierten en compañeros cercanos de la infancia.
Al leer libros, el cerebro del niño creará un ciclo ilimitado de adquisición de conocimientos. Los libros ayudan a los niños a mejorar sus conocimientos y vocabulario, y sus habilidades de pensamiento y expresión también mejoran significativamente.
3. Los niños inteligentes suelen tener buenos hábitos de sueño.
Los buenos hábitos de sueño no sólo son buenos para el desarrollo del cerebro, sino que también tienen un impacto positivo en la salud física y mental de los niños. Ilustración
Los niños adquieren el hábito de acostarse temprano y levantarse temprano y pueden asegurarse de dormir suficiente tiempo. Durante el sueño, el cerebro repara e integra información, lo que ayuda a mantener la salud de las células nerviosas, lo cual es importante para mejorar el aprendizaje y la memoria del niño.
Además, el sueño también ayuda a fortalecer la memoria y los resultados del aprendizaje. Las investigaciones demuestran que durante el sueño, el cerebro reorganiza y consolida los conocimientos aprendidos durante el día, mejorando así la durabilidad y la precisión de la memoria.
Los buenos hábitos de sueño no sólo son buenos para el desarrollo del cerebro, sino que también tienen un impacto positivo en la salud física y mental de los niños.
Dormir lo suficiente puede estimular el funcionamiento del sistema inmunológico, mejorar la resistencia y reducir el riesgo de enfermedades. Además, un buen sueño puede promover la estabilidad emocional y la salud mental, ayudando a los niños a afrontar mejor el estrés y las dificultades.
4. Los niños inteligentes suelen tener buenos hábitos alimenticios.
Los investigadores también han descubierto que los niños que desayunan todos los días tienen mejores habilidades de aprendizaje y de memoria. Ilustración
Disfrutan de comer verduras, frutas y cereales integrales, evitando el exceso de azúcar y comida chatarra.
Las verduras, frutas y cereales integrales son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes que proporcionan un apoyo nutricional esencial para el desarrollo del cerebro de su hijo.
La vitamina C ayuda a mejorar la síntesis de neurotransmisores y promueve la comunicación entre las células nerviosas; La vitamina E ayuda a proteger las células nerviosas del daño oxidativo. Además, los carbohidratos complejos que se encuentran en los cereales integrales proporcionan energía duradera, lo que ayuda a los niños a mantenerse concentrados y concentrados mientras estudian.
Los investigadores también han descubierto que los niños que desayunan todos los días tienen mejores habilidades de aprendizaje y de memoria. El desayuno es la comida más importante del día y proporciona a los niños la energía y los nutrientes que necesitan para empezar el día.
Por el contrario, los niños que se saltan el desayuno pueden sentirse cansados, faltos de concentración, lo que afecta su eficiencia de aprendizaje.
Además, otros estudios también han mostrado otros hábitos comunes de los niños con coeficiente intelectual alto:
Los niños inteligentes suelen ser desordenados.
La creatividad es el factor más importante de los niños superdotados, "la creatividad a menudo nace del caos". Ilustración
Una investigación de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) demuestra que las personas inteligentes suelen ser desordenadas porque pasan todo el tiempo pensando y haciendo cosas más importantes.
En su artículo Identificando a niños superdotados, Marge Hoctor sostiene que la creatividad es el elemento más importante de los niños superdotados: "la creatividad a menudo nace del caos".
El autor afirma que el orden es una buena virtud, pero los padres no deben ser demasiado rígidos ni autoritarios con los niños. Esto puede afectar el pensamiento y el desarrollo cerebral de los niños.
A los niños inteligentes les gusta hablar consigo mismos.
Muchos niños inteligentes tienen personalidades introvertidas y no son muy sociales. A menudo están inmersos en su propio mundo y siempre tienen planes específicos en mente. Ilustración
Un estudio de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) demostró que el lenguaje es un sistema de comunicación y también un medio para mejorar la cognición y el pensamiento, ya seamos jóvenes o mayores. Por lo tanto, cuando los niños se comunican con sus propios pensamientos, esto demuestra que su capacidad de expresión es bastante alta y que tienen un pensamiento cerebral flexible.
Según el estudio mencionado, hablar consigo mismo ayudará a los niños a aclarar sus pensamientos y orientar lo importante, ayudándoles a tomar decisiones más efectivas. A partir de esta acción, los niños sabrán qué es necesario para ellos mismos.
Comunicarse con uno mismo no significa que los niños tengan problemas neurológicos, pero es una solución para que los niños desarrollen su pensamiento y sus capacidades cognitivas, y también puede ayudarles a encontrar muchas ideas nuevas.
Los niños inteligentes no son perfectos.
Los niños inteligentes no son buenos en todo, a menudo conocen sus puntos fuertes y deben cultivarlos y desarrollarlos. Además, los niños que son más inteligentes que el promedio no necesariamente obtienen buenos resultados en la escuela ni obtienen altas calificaciones. Algunos estudiantes a menudo se centran en intereses personales en lugar de estudiar.
Los niños inteligentes a menudo rompen el papel.
Los psicólogos creen que las manos son el segundo cerebro de los niños, lo que significa que mover las manos es sinónimo de pensar. Ilustración
A ningún padre le gusta que sus hijos rompan papeles en la casa, pero esta actividad ayuda a los niños a ejercitar sus manos. Los padres pueden observar que los niños menores de 3 años a menudo muestran sorpresa cuando ven que cuando sus manos se mueven en diferentes direcciones, el papel se rompe en diferentes formas.
Los psicólogos creen que las manos son el segundo cerebro de los niños, lo que significa que mover las manos es sinónimo de pensar. Impedir que los niños actúen es también impedirles pensar.
Para ayudar a los niños a rasgar el papel de forma segura, los padres pueden proporcionarles papel limpio, sin tinta ni plomo (como papel de periódico o papel de imprenta) para que lo rasguen en diferentes formas, lo que ayuda a desarrollar el pensamiento creativo.
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