Existen muchas causas de cirrosis, desde el consumo excesivo de alcohol hasta la hepatitis. Sin embargo, algunas evidencias científicas recientes sugieren un papel potencial de la presión arterial alta en la cirrosis.
La cirrosis es una enfermedad hepática progresiva en la que el tejido hepático sano se daña y es reemplazado por tejido cicatricial, lo que conduce a un deterioro de la función hepática. Las causas más comunes de cirrosis son el consumo excesivo de alcohol a largo plazo, la hepatitis viral y la enfermedad del hígado graso, según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido).
La presión arterial alta no controlada a largo plazo también puede afectar la salud del hígado.
A medida que la enfermedad progresa, el paciente puede experimentar complicaciones como hipertensión portal, encefalopatía hepática e insuficiencia hepática. La cirrosis suele ser irreversible. Por lo tanto, la detección temprana y el tratamiento oportuno son muy importantes.
Mientras tanto, la presión arterial alta es una condición en la que la presión de la sangre contra las paredes de las arterias es siempre alta. La presión arterial alta crónica conduce a muchos problemas de salud, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, estudios recientes también han demostrado que la presión arterial alta puede afectar directamente la salud del hígado.
La presión arterial afecta el daño hepático a través de los siguientes mecanismos:
Aumento de la presión en el sistema venoso portal
La presión arterial alta aumenta la presión en la vena porta, lo que provoca congestión en el hígado. El resultado es fibrosis y progresión a cirrosis.
La hipertensión portal es una afección en la que la presión en el sistema venoso portal es más alta de lo normal. El sistema venoso portal es una red de vasos sanguíneos que transporta sangre desde el tracto digestivo, el bazo y el páncreas hasta el hígado.
disfunción endotelial
La presión arterial alta puede dañar el endotelio, la capa más interna de los vasos sanguíneos, y reducir la capacidad de producir óxido nítrico. Esta condición, si no se trata, reduce el flujo sanguíneo al hígado, lo que provoca daño al tejido hepático.
Aumento de la respuesta inflamatoria
La presión arterial alta también está relacionada con una afección llamada inflamación sistémica. La inflamación en el cuerpo agravará la hepatitis, promoviendo así la progresión de enfermedades hepáticas, como la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Para proteger la salud del hígado, las personas con presión arterial alta deben seguir las instrucciones de control de la presión arterial de su médico. Además, también necesitan hacerse pruebas periódicas de la función hepática para detectar signos tempranos de daño hepático, según Medical News Today .
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Fuente: https://thanhnien.vn/huyet-ap-cao-co-the-gop-phan-gay-xo-gan-185250311185158827.htm
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