La historia de la camisa blanca resulta bastante fascinante.
Hoy en día, cuando se mencionan camisas blancas, la gente inmediatamente piensa en elegancia, pulcritud y lujo. Ya seas un hombre de negocios exitoso, una dama de oficina o una fashionista con estilo, todos tenemos al menos una camisa blanca en nuestro armario. Pero pocas personas saben que en el siglo XIX esta prenda aparentemente elegante se consideraba una prenda interior delicada y sólo para la clase trabajadora.
Cuando las camisas blancas se consideran “ropa interior”
Antes de que la camisa blanca se convirtiera en un símbolo de sofisticación, era una prenda interior masculina. En concreto, en el siglo XIX, las camisas blancas se consideraban una forma de ropa interior más que una prenda formal. En aquella época, las camisas se solían llevar dentro de trajes de varias capas, con chalecos o abrigos largos. Un caballero de aquella época jamás revelaría su camisa blanca en público, pues se consideraba un comportamiento indecente, incluso considerado "travieso".
Foto ilustrativa.
Sólo la clase trabajadora, que no podía permitirse muchas capas de ropa, vestía camisas blancas sin chaqueta. Por lo tanto, si un caballero de clase alta revelaba accidentalmente su camisa, no era diferente a que alguien hoy en día saliera a la calle con un camisón o ropa interior reveladora.
Foto ilustrativa.
Conviértete en un símbolo de poder
Las cosas empezaron a cambiar cuando la camisa blanca se convirtió poco a poco en un símbolo de intelectuales y empresarios. A medida que la vestimenta se volvió más minimalista, las camisas ya no quedaron ocultas por voluminosas capas de ropa.
Poco a poco, la camisa blanca pasó a ser no sólo aceptada, sino también un estándar de elegancia. Lo usan los caballeros en ocasiones formales, desde reuniones de negocios hasta fiestas importantes.
Para los hombres, el recorrido de la camisa blanca es de ropa interior a símbolo de elegancia, pero para las mujeres, la camisa blanca también conlleva un significado de “rebelión” y poder. Durante la época victoriana, las mujeres estaban atadas con elaborados vestidos con corsés ajustados. Llevar camisa, una prenda algo sencilla y masculina, se considera un acto que va en contra de los estándares femeninos.
En el siglo XX, mujeres fuertes como Coco Chanel fueron pioneras en el uso de la camisa blanca en la ropa masculina, convirtiéndola en una declaración de moda de individualidad y libertad.
En los años 90, las camisas blancas se convirtieron en una prenda clásica de las supermodelos y estrellas de Hollywood. Esta blusa aparentemente sencilla ha aparecido en innumerables fotografías de moda icónicas, desde Kate Moss hasta Carolyn Bessette-Kennedy y la Princesa Diana.
Camisas blancas: de clásicas a modernas
Al entrar en el siglo XXI, la camisa blanca no sólo mantiene su posición en la moda de oficina, sino que también se convierte en la prenda más versátil del armario tanto de hombres como de mujeres. Se puede combinar con pantalones para un look elegante, con jeans para un look dinámico o con un vestido de seda para un estilo sexy. Las grandes casas de moda como Dior, Saint Laurent, Prada están constantemente innovando con las camisas blancas, desde los materiales, las formas hasta los detalles de diseño.
De ser una prenda considerada antaño “sensible”, la camisa blanca ha recorrido un largo camino hasta convertirse en un icono de la moda , afirmando su posición en cualquier circunstancia. Si bien en el pasado usar una camisa blanca se consideraba de mala educación, ahora usar una camisa blanca puede hacerte lucir más a la moda y elegante que nunca .
Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/ao-so-mi-trang-tung-bi-coi-la-do-lot-hu-hong-172250303165821305.htm
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