Los factores genéticos representan aproximadamente el 50% de la formación de la inteligencia, el resto está influenciado por factores educativos, nutricionales, de estilo de vida y ambientales.
Este es el resultado de varios estudios en el mundo sobre la relación entre los genes genéticos y la inteligencia, según el farmacéutico I, maestro en pruebas Do Ba Tung, jefe del Departamento de Microbiología del Hospital Le Van Thinh (HCMC).
La inteligencia se define de muchas maneras, incluida la capacidad de razonar, abstraer, comprender, ser consciente de sí mismo, aprender, tener inteligencia emocional, recordar, planificar y resolver problemas. Se trata de un rasgo complejo, con muchas formas de medirlo y niveles que varían entre individuos, géneros y razas, y están influenciados por factores genéticos y ambientales.
Una investigación publicada en 2017 por el Instituto de Psiquiatría y Psicología (Reino Unido) y la London School of Economics and Political Science (Reino Unido) mostró que la inteligencia es altamente hereditaria y puede predecir el éxito de una persona en la educación, el trabajo y la sociedad.
Los investigadores compararon las diferencias y similitudes en los puntajes de CI de 294.000 muestras genéticas de niños de una familia, gemelos, hijos adoptados e hijos biológicos... durante 4 años (2013-2017). Los resultados mostraron que la heredabilidad de la inteligencia humana se estima en aproximadamente el 50%. Los investigadores determinaron el éxito de una persona basándose en las diferencias en la secuencia genética que representan el 20% del 50% de heredabilidad de la inteligencia.
Según los científicos, la inteligencia incluye la capacidad de aprender, razonar y resolver problemas, lo que está a la vanguardia de la investigación en genética del comportamiento. Las diferencias genéticas del ADN son responsables de las diferencias en las puntuaciones de las pruebas de inteligencia de una persona a otra.
Los niños inteligentes pueden ser fruto de la genética y de una buena educación. Foto: Freepik
Un estudio de 2017 de la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos) y varias otras escuelas también mostró que la inteligencia está determinada tanto por el entorno como por los genes. Los investigadores analizaron las puntuaciones de pruebas de inteligencia y los genomas completos de más de 78.000 personas. Concluyeron que no existe un único "gen del CI", sino al menos 22 genes específicos vinculados a la inteligencia.
Por ejemplo, los genes BDNF, PLXNB2, XPTR, KIBRA... afectan a la formación de la inteligencia. El gen BDNF proporciona instrucciones para producir una proteína que se encuentra en el cerebro y la médula espinal llamada factor neurotrófico derivado del cerebro. La proteína BDNF actúa en las conexiones entre las células nerviosas (sinapsis), donde se produce la comunicación de célula a célula. Ayuda a regular la plasticidad sináptica, que es importante para el aprendizaje y la memoria, y está involucrada en el desarrollo de la inteligencia.
Según los investigadores, no todo el mundo nace con un determinado nivel de inteligencia que no se pueda cambiar. Hay muchos otros factores en juego, de los cuales los genes son sólo un factor en la formación y cambio de los niveles de inteligencia. Un gen relacionado con la inteligencia no determina completamente si una persona obtendrá buenos resultados en una prueba de CI.
También argumentan que lograr puntuaciones altas en estas áreas requiere optimizar los factores mencionados y cuidar la salud, no sólo esperar tener un buen ADN. Cada uno nace con diferentes genes relacionados con la inteligencia, pero aprovechar al máximo estos genes depende de cada individuo.
El maestro Tung cree que la inteligencia no determina el éxito de una persona. El coeficiente intelectual se utiliza a menudo para evaluar una inteligencia alta o baja. Una persona con un coeficiente intelectual alto suele ser más capaz de razonar, razonar, planificar, resolver problemas, aprender a pensar de forma abstracta y comprender ideas complejas.
"Los padres deben criar a sus hijos científicamente, tener un estilo de vida saludable y una nutrición adecuada desde el embarazo y durante el proceso de crianza para que sus hijos puedan desarrollar una inteligencia óptima", afirmó el Maestro Tung.
Gato Mai
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