La lechuga aporta mucha vitamina A, ácido fólico y algunos compuestos vegetales que favorecen la salud, según la página de salud Health .
La Sra. Jillian Kubala, nutricionista que trabaja en EE. UU., compartió algunos de los beneficios de la lechuga para la salud:
La lechuga aporta mucha vitamina A y ácido fólico.
Proporcionar vitaminas esenciales para el organismo.
La lechuga es un alimento familiar en las comidas diarias. La lechuga no sólo es deliciosa, sino que también es una fuente rica de vitaminas esenciales para el organismo, especialmente folato y vitamina A.
El folato es importante para la producción de glóbulos rojos y la división celular. Las mujeres embarazadas necesitan más folato para apoyar el desarrollo fetal.
La vitamina A juega un papel importante en el sistema inmunológico y la visión. 47 gramos de lechuga aportan el 23% del valor diario recomendado de vitamina A para el organismo.
Además, la lechuga también contiene vitamina K para ayudar a fortalecer los huesos y vitamina C para ayudar a estimular el sistema inmunológico.
Antioxidantes
La lechuga es rica en antioxidantes. Estas sustancias ayudan a proteger al organismo de los efectos nocivos de los radicales libres, causantes de muchas enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, el envejecimiento...
La lechuga contiene antioxidantes como el betacaroteno y la luteína, que ayudan a proteger el cuerpo de las enfermedades cardiovasculares.
La lechuga también es particularmente rica en betacaroteno y luteína, que tienen poderosos efectos antioxidantes. Los estudios demuestran que las personas que comen mucha lechuga tienen un menor riesgo de padecer cáncer de mama y degeneración macular relacionada con la edad.
Además, la lechuga también contiene compuestos polifenólicos, que ayudan a mantener la salud de los vasos sanguíneos, reducir la inflamación y regular los niveles de lípidos en sangre. Por lo tanto, también pueden ayudar a prevenir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Reducir las enfermedades
Numerosos estudios han demostrado que las personas que comen muchas verduras, especialmente verduras crudas como la lechuga, tienen un menor riesgo de padecer enfermedades como el cáncer, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.
La lechuga es baja en calorías pero rica en vitaminas A, C, K y minerales esenciales como potasio, magnesio y fósforo. La lechuga también contiene antioxidantes como el betacaroteno y la luteína, que ayudan a proteger el cuerpo contra enfermedades cardíacas, el cáncer y la degeneración macular.
Si bien la lechuga es segura para la mayoría de las personas y presenta pocos riesgos para la salud, aún hay algunas precauciones que considerar.
La lechuga puede estar contaminada con bacterias que causan intoxicación alimentaria, como E. coli, norovirus, Listeria, Salmonella y Cyclospora. Por lo tanto, es necesario lavar la lechuga con agua corriente antes de consumirla para eliminar las bacterias.
Para evitar la contaminación cruzada, no debe dejar que la lechuga entre en contacto con carne cruda, aves o mariscos, y lave las tablas de cortar, los cuchillos y las superficies de la cocina antes de preparar la lechuga.
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