El sistema M142 HIMARS dispara hacia Bakhmut, Ucrania (Foto: Getty).
“Es poco probable que en el futuro los suministros de artillería occidental a Ucrania superen a los de Rusia”, dijeron Michael Kofman y Dara Massicot, investigadores del Carnegie Endowment for International Peace, y Rob Lee, investigador del Foreign Policy Research Institute.
Las fuerzas ucranianas se enfrentan a una grave escasez de municiones y están superadas en armamento por el ejército ruso. Esta situación supone un cambio significativo respecto al período de verano, cuando Kiev utilizó proyectiles de artillería para atacar posiciones rusas. La razón de esta situación es que Rusia ha incrementado su producción de proyectiles de artillería y ha comprado armas en el extranjero.
Según las estimaciones, en la actualidad Ucrania dispara sólo 2.000 proyectiles de artillería al día, mientras que Rusia dispara unos 10.000 proyectiles al día. Los expertos creen que el ritmo de disparos de Moscú se mantendrá en el nivel actual o superior este año.
Según los expertos Kofman, Massicot y Lee, "dado que Ucrania no fue capaz de superar las defensas rusas el verano pasado con su ventaja en número de artillería, las perspectivas de futuros ataques empeorarán a menos que Ucrania y sus aliados puedan compensarlo mejorando otras ventajas".
“Esto significa que en el futuro habrá que complementar el número de proyectiles de artillería con drones y otros equipos de ataque de precisión”, añadieron los expertos.
Vale la pena señalar que Ucrania ya no depende del Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS) suministrado por Estados Unidos ni de los proyectiles de artillería Excalibur para degradar la potencia de fuego rusa, dicen los expertos.
HIMARS ha estado en el centro de atención desde que apareció por primera vez en el campo de batalla en 2022, cuando Kiev los utilizó para atacar posiciones rusas, al tiempo que impedía que Moscú desplegara grandes cantidades de munición cerca de la línea del frente y mantenía una alta cadencia de fuego.
Pero en 2023, Rusia se había adaptado a este problema y había trasladado activos de alto valor (como depósitos de municiones e instalaciones logísticas) fuera del alcance del HIMARS, lo que redujo la eficacia del arma.
Los expertos dicen que con estos ajustes, Occidente y Ucrania necesitan encontrar nuevas formas de reducir la velocidad de fuego de las fuerzas rusas, siendo una posible solución el uso de municiones guiadas con mayor precisión y mayor alcance.
"La planificación debe basarse no sólo en la experiencia de 2023, sino también en la capacidad de adaptar e innovar la tecnología en el campo de batalla", afirman los expertos.
Ucrania recibió algunas municiones guiadas de precisión efectivas de los miembros de la OTAN en 2023 y las utilizó para atacar objetivos rusos. Las fuerzas ucranianas utilizaron misiles de crucero Storm Shadow/SCALP-EG suministrados por el Reino Unido y Francia para atacar a la Flota rusa del Mar Negro, y cambiaron al Sistema de Misiles Tácticos MGM-140 suministrado por Estados Unidos o ATACMS para asestar un duro golpe a la flota de helicópteros rusa.
Ucrania sólo tiene un número limitado de estas armas. Aunque Francia se comprometió recientemente a suministrar misiles SCALP adicionales a Ucrania, no ha habido confirmación de nuevos ataques ATACMS ni tampoco información sobre la transferencia de estas armas desde el otoño pasado.
Mientras el futuro de la ayuda militar estadounidense a Ucrania sigue siendo incierto, los funcionarios occidentales siguen señalando que suspender la ayuda militar podría tener consecuencias nefastas en el futuro cercano.
"Si queremos una paz justa y duradera, debemos proporcionar a Ucrania más armas y municiones. Proporcionar armas a Ucrania es el camino hacia la paz", dijo el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una reciente conferencia de prensa conjunta con el Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
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