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| Muchas parejas jóvenes chinas deciden optar por una familia de dos y no tener hijos. (Fuente: Shutterstock) |
Los padres de Zhang Chengying (32 años) se sorprendieron y quedaron atónitos cuando ella compartió por primera vez sus planes de no tener hijos a futuro. “Mis padres nos preguntaron a mi marido y a mí si había algo malo en tomar esa decisión, y les respondí que no había ningún problema”, recordó Zhang Chengying.
La tendencia DINK está en auge
Zhang Chengying dijo que ella y su marido quieren ser una pareja DINK (doble ingreso, sin hijos), un término para una pareja en la que ambos tienen trabajo, ingresos y no tienen hijos. Por ahora no tienen intención de cambiar su postura, aunque esto preocupa a los padres.
“Mi madre dijo que tenía más de 60 años y no quería que la ridiculizaran por no tener nietos. ¿Pero debería negociar mi libertad sólo para evitar que los demás se rían de mí? “Definitivamente no”, afirmó Zhang Chengying.
Acaba de graduarse de una residencia médica en una universidad médica en la provincia de Shandong y está esperando un puesto de investigación en un hospital a finales de este año. Su marido empezará a trabajar en una organización de la administración pública dentro de dos semanas. Actualmente, la pareja tiene la costumbre de trasnochar y les gusta dormir hasta tarde sin tener que preocuparse ni inquietarse por sus hijos.
La pareja se embarcó recientemente en un viaje de 5.499 kilómetros (unas 3.417 millas) a través de tres provincias chinas después de planificar cuidadosamente con antelación. “Sin duda no podría disfrutar de estos viajes sin preocuparme por los niños. “Debido a las responsabilidades parentales, muchos de mis amigos rara vez tienen tiempo para salir y reunirse con amigos”, compartió Zhang Chengying.
Aunque Beijing ha puesto fin oficialmente a las medidas de prevención y control del Covid-19, los efectos pospandémicos aún tienen un impacto a largo plazo en la "salud" de la economía y la vida espiritual de la gente.
Para muchos chinos, la presión financiera de casarse y tener hijos les deja con una visión preocupante del futuro y una tendencia a no querer tener hijos.
Esta tendencia surgió hace unos años, incluso antes del Covid-19, pero la pandemia ha empeorado la situación con una inestabilidad económica prolongada y confinamientos generalizados. La tasa de natalidad en la segunda economía más grande del mundo alcanzó un mínimo histórico el año pasado, cuando las muertes superaron a los nacimientos por primera vez en más de seis décadas.
“Creemos que nos estamos volviendo más conscientes de nosotros mismos, mientras que nuestros padres piensan que nos estamos volviendo más egoístas”, dijo Yang Xiaotong, de 26 años, un trabajador independiente de Shenzhen.
Al igual que Zhang Chengying, Yang Xiaotong tampoco estaba dispuesto a renunciar a su vida y libertad por sus hijos. Habiéndose casado en abril, Yang Xiaotong y su esposo decidieron vivir como solo dos, y este pensamiento surgió después de tres años de experimentar la pandemia.
“Pensamos más en el verdadero significado de la vida. "Quiero ver el mundo en lugar de quedarme en un apartamento de 80 metros cuadrados preocupándome por la leche y los pañales", dijo Yang Xiaotong.
Frente a demasiada presión en el trabajo y en la vida, Yang Xiaotong y algunos amigos están satisfechos con su vida actual cuando pueden viajar en cualquier momento y concentrarse en mejorar su calidad de vida. No sólo se niegan a tener hijos, sino que muchos de sus amigos no tienen intención de casarse.
Se reduce la presión poblacional
“Con la tasa de matrimonio cayendo y la proporción de personas que nunca se han casado aumentando, es probable que China siga teniendo una tasa de natalidad baja en las próximas décadas”, dijo Ren Yuan, profesor del Instituto de Investigación Demográfica de la Universidad de Fudan.
La población total de China en 2022 disminuyó en 850.000 personas en comparación con 2021, lo que marca el primer descenso de población en 61 años, según la Oficina Nacional de Estadísticas. La tasa de natalidad de primogénitos también ha disminuido significativamente.
“La mayor preocupación en China ahora es la baja tasa de natalidad de las familias con un solo hijo”, dijo Chen Weimin, profesor del Instituto de Estudios de Población y Desarrollo de la Universidad de Nankai, señalando el creciente costo de tener hijos, junto con el desempleo vertiginoso y una perspectiva económica sombría, a medida que la situación se vuelve cada vez más tensa.
En cuanto a Qu Yun, una enfermera de 24 años de la provincia de Shandong, la razón por la que no quiere tener hijos es por falta de dinero y tiempo. “Tengo que trabajar más de 12 horas al día, sin tiempo siquiera para almorzar, y mucho menos para cuidar a un niño”.
Aunque cada vez más gobiernos locales y empresas ofrecen subsidios para fomentar la tenencia de hijos, el pensamiento de un segmento de los jóvenes chinos permanece inalterado.
Incluso Zhang Chengying, a pesar de tener un trabajo relativamente bien remunerado, todavía está preocupada por su capacidad financiera para mantener completamente a sus hijos. “El coste de la educación es demasiado alto y no quiero dar a luz en un entorno tan agotador”, explicó Zhang.
El profesor Chen Weimin dijo que, dado que el "miedo a tener hijos" se está extendiendo ampliamente por las redes sociales, es hora de que China implemente políticas para crear una base social más favorable, con el objetivo de "establecer una sociedad amigable con los niños".
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