Después de un largo tiempo siguiendo una dieta basada en plantas, quieres volver a introducir la carne en tu menú. ¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando comienzas a comer carne nuevamente?
Volver a comer carne puede ayudarte a aumentar tu energía - Foto: iStock
Según Eating Well, esto es lo que los nutricionistas quieren que sepas antes de decidir agregar carne a tu dieta.
Experimentarás cambios en la digestión.
Lo primero que puedes notar cuando comienzas a comer carne nuevamente es un cambio en tu sistema digestivo. A tu cuerpo le tomará tiempo adaptarse a este nuevo alimento.
“La cantidad de proteína y grasa en la carne puede ser diferente a la que tu sistema digestivo está acostumbrado si no has comido carne durante mucho tiempo”, dice la nutricionista Ashley Hawk, de Los Ángeles. Al principio, esto puede provocar una leve hinchazón o malestar, pero estos síntomas generalmente desaparecerán a medida que el sistema digestivo se adapte.
Además, la carne tiene un alto contenido de proteínas y grasas, pero un bajo contenido de fibra, lo que puede retardar la digestión y provocar estreñimiento o cambios en los hábitos intestinales.
Las investigaciones muestran que quienes comen carne tienen mayor riesgo de sufrir acidez estomacal y reflujo gastroesofágico que los vegetarianos. Esto se debe a que la carne tarda más en digerirse que los alimentos de origen vegetal, especialmente cuando la carne tiene un alto contenido de grasas saturadas.
Como resultado, el estómago puede producir más ácido, causando acidez estomacal.
Te sientes con más energía
Comer carne nuevamente puede ayudar a aumentar tu energía. Comer carne nuevamente ayuda a aumentar los niveles de energía gracias al hierro y la vitamina B12 agregados, ambos importantes para la producción de energía y el funcionamiento celular.
El hierro y la vitamina B12 juegan un papel esencial en la producción de glóbulos rojos, que ayudan a transportar el oxígeno de manera eficiente por todo el cuerpo. Cuando a tu cuerpo le faltan estos dos nutrientes, te sentirás cansado. Agregar carne a tus comidas es una forma natural de aumentar tu ingesta de hierro y vitamina B12.
Por ejemplo, una porción de 85 g de roast beef aporta el 19% del requerimiento diario de hierro y hasta el 183% del requerimiento diario de vitamina B12.
Comer carne cambia la forma de tu cuerpo.
Si quieres perder peso o ganar músculo, comer carne puede ayudarte de dos maneras. La carne es una fuente completa de proteínas, ya que contiene los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para sintetizar proteínas y formar células, tejidos, músculos, huesos, hormonas y anticuerpos. Cuando se combina con ejercicio, aumentar la ingesta de proteínas provenientes de la carne puede ayudar a desarrollar masa muscular.
La digestión de proteínas requiere más energía que la digestión de grasas o carbohidratos, por lo que aumentar la ingesta de proteínas provenientes de la carne puede ayudar a perder peso.
Tu piel está más sana
Si estás buscando formas de mejorar tu piel, la carne puede ser la respuesta. La carne aporta muchos nutrientes importantes para la salud de la piel, como el zinc, un mineral esencial para una piel sana.
Además, la proteína de la carne también estimula la producción de colágeno, ayudando a que la piel sea más flexible, elástica y menos arrugada sin tener que gastar dinero en costosos productos para el cuidado de la piel.
Te sientes lleno por más tiempo
Si a menudo sientes hambre y siempre estás buscando bocadillos, agregar carne a tu dieta puede ayudarte a sentirte satisfecho por más tiempo.
La proteína de la carne es un nutriente que ayuda a sentirse lleno y a controlar el hambre. Las proteínas se digieren más lentamente y pueden aumentar las hormonas que suprimen el hambre mientras disminuyen las hormonas que estimulan el apetito. Esto puede ayudarle a sentirse más lleno por más tiempo después de las comidas y reducir la necesidad de comer bocadillos durante el día o tarde en la noche.
Estrategias para incorporar carne a la dieta
Volver a comer carne puede resultar estresante, pero puedes hacerlo lentamente. Comience con porciones pequeñas, no es necesario comer un gran trozo de carne de inmediato.
Los expertos recomiendan empezar con una porción pequeña de 60-85 g, o 1-2 comidas con carne por semana, y luego aumentar gradualmente a medida que el cuerpo se acostumbra.
Los expertos recomiendan elegir carnes magras como pechuga de pollo sin piel, carne de res magra o carne de cerdo magra. Limite las carnes procesadas como salchichas y tocino, ya que suelen tener un alto contenido de sal y grasas saturadas.
No te olvides de los alimentos de origen vegetal con los que ya estás familiarizado. Asegúrese de que al menos la mitad de su plato esté compuesto de verduras, una cuarta parte de cereales integrales ricos en fibra y el resto de proteínas magras.
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Fuente: https://tuoitre.vn/dieu-gi-se-xay-ra-voi-co-the-khi-ban-bat-dau-an-thit-tro-lai-20250108120715174.htm
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