Sin embargo, la orden enfrenta obstáculos constitucionales y debe ser aprobada por el Congreso de Estados Unidos, lo que deja su futuro incierto.
El Departamento de Educación de Estados Unidos, creado en 1979 bajo la presidencia de Jimmy Carter, es responsable de distribuir la ayuda federal, emitir préstamos estudiantiles y supervisar la aplicación de las leyes educativas. Los conservadores han criticado durante mucho tiempo al departamento como una burocracia ineficiente.
Sede del Departamento de Educación de EE. UU. Foto: Unsplash
Antes de la orden ejecutiva del Sr. Trump, el Departamento de Educación de Estados Unidos ya había sido reducido significativamente. Cuando Trump asumió el cargo, el departamento tenía 4.133 empleados, pero para el 11 de marzo, ese número había caído a 2.183 debido a una ola de renuncias y despidos en una campaña federal de recorte de nóminas liderada por Elon Musk y el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
La orden ejecutiva de Trump, titulada "Mejorar los resultados educativos empoderando a los padres, los estados y las comunidades", encargó a la Secretaria de Educación, Linda McMahon, desmantelar el departamento.
La orden cita datos de la Evaluación Nacional del Progreso Educativo (NAEP) de 2024, que encontró que el 70% de los estudiantes de octavo grado eran pobres en lectura y el 72% eran pobres en matemáticas, para argumentar que el sistema educativo federal ha fracasado.
Hacer cumplir este decreto no es sencillo. Según la Constitución de Estados Unidos, sólo el Congreso tiene el poder de disolver una agencia de nivel de gabinete. Aunque algunos republicanos, como el senador Bill Cassidy, apoyan el plan de Trump, para aprobar este proyecto de ley en el Senado estadounidense se necesitan 60 votos a favor, mientras que el Partido Republicano sólo controla 53 escaños.
En 2023, un esfuerzo por cerrar el Departamento de Educación en la Cámara de Representantes fracasó cuando 60 republicanos se unieron a todo el Partido Demócrata para votar en contra. Actualmente, el equilibrio en la Cámara de Representantes es de 218 republicanos y 213 demócratas, lo que hace muy frágil la posibilidad de que se apruebe el decreto de Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva para disolver el Departamento de Educación de Estados Unidos con estudiantes en la Casa Blanca. Foto: Casa Blanca
Sobre el tema de los préstamos estudiantiles, la orden afirma que los préstamos y subvenciones continuarán, pero no está claro cuál será el mecanismo de distribución si se disuelve el departamento. Con una deuda estudiantil total pendiente en Estados Unidos que alcanza los 1,69 billones de dólares, cualquier cambio podría causar una perturbación importante en el sistema de financiación de la educación.
Además, las políticas educativas del Sr. Trump también han sido controvertidas, especialmente con las decisiones de recortar la financiación federal. Recientemente retiró 175 millones de dólares de la Universidad de Pensilvania por permitir que mujeres transgénero participaran en deportes femeninos y congeló 400 millones de dólares en fondos de investigación de la Universidad de Columbia, acusando a la escuela de no hacer lo suficiente para combatir el antisemitismo.
Con obstáculos legales y oposición bipartidista, es poco probable que la orden ejecutiva de Trump se implemente de inmediato. Pero incluso si no logra desmantelar el Departamento de Educación, la administración Trump podría continuar ajustando su presupuesto y sus poderes, acelerando la tendencia hacia trasladar el control de la educación a los estados en el futuro.
Ngoc Anh (según WH, AJ, Fox News)
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