El presidente serbio, Aleksandar Vucic, anunció el 30 de septiembre que había ordenado la retirada de las tropas. En una declaración al Financial Times , dijo que cualquier acción militar sería contraproducente y agregó que "Serbia no quiere la guerra".
Un funcionario del gobierno de Kosovo en Pristina confirmó que Serbia retiró el 30 de septiembre parte de las tropas y el equipo militar que había desplegado en posiciones alrededor de la frontera de Kosovo durante los últimos cinco días. Sin embargo, el ejército serbio todavía mantiene una fuerza significativa en la zona.
Presidente de Serbia Aleksandar VuciU
Según The Guardian , la retirada se produjo después de que la Casa Blanca expresara públicamente su preocupación por las crecientes tensiones entre Serbia y Kosovo, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hablara por teléfono con Vucic y la OTAN añadiera cientos de tropas británicas a su fuerza de mantenimiento de la paz en Kosovo (Kfor).
En una conversación telefónica con el presidente serbio, Blinken pidió una “desescalada inmediata” y el retorno al acuerdo para normalizar las relaciones entre Belgrado y Kosovo.
Según Vucic, el Secretario de Estado norteamericano advirtió que Washington podría imponer sanciones a Serbia si no escucha el llamado norteamericano. "Dije que son una superpotencia y que pueden hacer o decir lo que quieran, pero me opongo rotundamente. Creo que será muy malo", declaró el líder serbio, citado por la agencia de noticias Tanjug.
El 30 de septiembre por la tarde, el embajador alemán en EE.UU., Andreas Michaelis, calificó la situación en Kosovo como "otro polvorín en Europa" y un peligro que debe tomarse en serio. Dijo que Alemania y Estados Unidos habían estado “cooperando estrechamente” en los últimos días y que “Serbia necesita actuar ahora”.
La advertencia estadounidense llega después de una semana de tensiones intensificadas, que comenzaron con una emboscada de las fuerzas paramilitares serbias a una patrulla de la policía de Kosovo que dejó un oficial de policía muerto. En el incidente también murieron tres pistoleros serbios.
La policía de Kosovo patrulla las calles cercanas al lugar del tiroteo.
El grupo armado está dirigido por Milan Radoicic, líder adjunto de la Lista Serbia, un partido respaldado por Belgrado que representa a la minoría serbia en el norte de Kosovo. A través de su abogado, Radoicic dijo que asumía la responsabilidad del tiroteo con la policía de Kosovo, pero no explicó el origen de las armas modernas que llevaban las fuerzas paramilitares serbias.
Las autoridades de Kosovo han publicado un documento que pretende demostrar que los lanzagranadas que llevaba el grupo les fueron entregados por el ejército serbio. Las autoridades en Pristina expresaron su preocupación por que el tiroteo del 24 de septiembre tuviera como objetivo crear un pretexto para que las tropas serbias intervinieran en el norte de Kosovo.
El tiroteo ha suscitado nuevas preocupaciones internacionales sobre la estabilidad en Kosovo, un territorio con una población mayoritariamente étnica albanesa. Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008, tras un levantamiento separatista y una intervención de la OTAN en 1999.
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