Recientemente, el gobierno de Estados Unidos impuso nuevas sanciones al Sr. Algoney Hamdan Dagalo Musa, un alto dirigente de las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido (RSF), una de las partes en la guerra civil en el país del norte de África.
La guerra civil que dura más de un año en Sudán ha desplazado a casi 10 millones de personas, ha provocado una hambruna generalizada y ha provocado una ola de violencia étnica. (Fuente: Reuters) |
El 9 de octubre, The Washington Post citó al portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, diciendo que el Sr. Algoney, también hermano menor del jefe de RSF, Mohammed Hamdan Dagalo (Hemedti), estuvo involucrado en la financiación y el suministro de armas a RSF, lo que llevó a una escalada del conflicto y al empeoramiento de la situación humanitaria en Sudán.
Washington dijo que las nuevas sanciones eran parte de un amplio esfuerzo internacional para restablecer la paz en Sudán.
Según los analistas, las sanciones podrían afectar la capacidad de las RSF para adquirir armas y correr el riesgo de debilitar sus capacidades de combate.
Muchas organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas y la Unión Africana (UA), han condenado las graves violaciones cometidas por las fuerzas beligerantes en Sudán.
A medida que continúan las sanciones internacionales contra los dirigentes implicados en el conflicto en Sudán, se espera que aumente la presión sobre las partes en conflicto para que acudan a la mesa de negociaciones y encuentren una solución a la crisis.
Mientras tanto, el 9 de octubre, la agencia de noticias Reuters informó que el comandante de RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, acusó a Egipto de estar involucrado en ataques aéreos militares sudaneses contra esta organización paramilitar.
El Sr. Dagalo también acusó a El Cairo de entrenar y suministrar vehículos aéreos no tripulados (UAV) al ejército sudanés (SAF), que recientemente ha ganado la delantera en el conflicto que ha devastado Sudán durante casi 18 meses.
Además, el comandante de las RSF también mencionó la presencia de mercenarios tigrayanos, eritreos, azerbaiyanos y ucranianos en Sudán, y reiteró la acusación de que Irán participa en la guerra junto con las SAF.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio emitió posteriormente un comunicado negando las acusaciones de Dagalo sobre el papel de El Cairo en la guerra en curso en Sudán. “Egipto pide a la comunidad internacional que encuentre pruebas que demuestren que lo que dijo el comandante de las RSF es cierto”, afirma el comunicado.
Aunque se considera que tiene vínculos estrechos con las Fuerzas Armadas del Sudán y su comandante en jefe, el general Abdel Fattah al-Burhan, Egipto El Cairo se ha unido a los esfuerzos de Estados Unidos y Arabia Saudita para reconciliar a las partes en el conflicto en su vecino del sur. El Cairo también albergó conversaciones entre facciones políticas rivales en Sudán a principios de este año.
Según estadísticas de las Naciones Unidas, la guerra civil de Sudán, que estalló en abril de 2023, ha obligado a casi 10 millones de personas -el equivalente a una quinta parte de la población del país del noreste de África- a huir del país o a países vecinos, provocando una hambruna generalizada y siendo testigo de una ola de violencia étnica.
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