Estados Unidos está extrayendo tanta agua subterránea que el suelo se está agrietando en muchos lugares del suroeste, con grietas que se extienden hasta kilómetros de largo.
Algunas grietas causadas por el bombeo excesivo de agua subterránea pueden extenderse por kilómetros. Fotografía: Joseph Cook
Se han descubierto grietas gigantes causadas por el bombeo excesivo de agua subterránea en estados como Arizona, Utah y California, informó Business Insider el 12 de septiembre. El agua subterránea es una de las principales fuentes de agua dulce de la Tierra: proporciona casi la mitad del agua potable y representa alrededor del 40% del agua de riego a nivel mundial. Pero los humanos están agotando las aguas subterráneas a un ritmo más rápido de lo que la Tierra puede reponerlas naturalmente. Cuando se extrae demasiada agua subterránea de los acuíferos subterráneos naturales, el suelo se hunde y se forman grietas, según Joseph Cook, que estudia las grietas de la Tierra en el Servicio Geológico de Arizona.
“Las grietas no son un fenómeno natural, son provocadas por el hombre”, afirmó Cook. Según él, las grietas son signos de tensión en el terreno. Limitan con grandes extensiones de terreno llano que se han hundido debido a la pérdida de agua subterránea de soporte. Las fisuras aparecen a menudo en cuencas entre montañas y pueden destruir casas, carreteras, canales y presas, además de amenazar a las personas y al ganado.
Arizona ha estado lidiando con el problema durante mucho tiempo y ha estado monitoreando la fracturación al menos desde 2002. El Servicio Geológico de Arizona registra actualmente 272 kilómetros de fracturación. El New York Times analizó los niveles de agua en decenas de miles de lugares de Estados Unidos. Según investigaciones, el acuífero que abastece aproximadamente el 90% del sistema hídrico de Estados Unidos se está agotando gravemente hasta el punto de no poder recuperarse. Casi la mitad de los sitios monitoreados han experimentado una pérdida significativa de agua en los últimos 40 años. Cuatro de cada diez localidades alcanzaron mínimos históricos en la última década. Los acuíferos pueden tardar siglos, incluso miles de años, en recuperarse.
Según Cook, algunos lugares de Arizona ya no se pueden salvar. El ritmo al que los humanos utilizan el agua es tan alto que el agua de lluvia no tiene tiempo suficiente para reponer los acuíferos subterráneos. A medida que aumentan las temperaturas globales, los ríos se reducen, lo que obliga a los agricultores a depender más del agua dulce procedente del subsuelo. El río Colorado, que suministra agua dulce a los agricultores del suroeste, incluido Arizona, se ha reducido casi un 20 por ciento desde el año 2000. Si las temperaturas en la cuenca del río Colorado aumentan unos pocos grados centígrados para el año 2050, los caudales podrían disminuir entre un 10 y un 40 por ciento.
Uno de los principales problemas a la hora de afrontar el riego excesivo es la falta de coordinación. El gobierno federal prácticamente no tiene regulaciones sobre el bombeo de aguas subterráneas, mientras que los mecanismos regulatorios son débiles e inconsistentes en las distintas regiones. Arizona no es una excepción. Las autoridades no limitan la cantidad de agua subterránea que se puede utilizar y la gente puede extraerla hasta que se agote. Cook enfatizó que si la gente no cambia sus hábitos y le da tiempo al acuífero para recuperarse, las grietas seguirán creciendo.
An Khang (según Science Alert )
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