En concreto, en agosto de 2013, el ex ingeniero informático James Howells tiró accidentalmente un disco duro que contenía el equivalente a 8.000 Bitcoins, y su colega lo arrojó a un vertedero en el sur de Gales.
Señor James Howells
El Sr. Howells solicitó a las autoridades locales acceso al terreno, pero se le negó repetidamente. Como resultado, anunció que iniciaría una batalla legal para reclamar 446 millones de libras esterlinas en daños, la valoración más alta jamás vista por un Bitcoin perdido.
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