El reciente golpe de Estado en Níger y los conflictos en Mali, Burkina Faso, Chad y Sudán han creado incertidumbre sobre el futuro de la diplomacia económica de China en el Sahel y otras partes de África.
En la mañana del 26 de julio, un grupo de soldados de la Guardia Presidencial irrumpió en el palacio y arrestó al presidente de Níger, Mohamed Bazoum, citando el deterioro de la situación de seguridad y la mala gestión socioeconómica.
Inmediatamente, la embajada de China pidió a todos los chinos en el extranjero en Níger que estén atentos, aumenten la protección, eviten salir y tomen precauciones de seguridad. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que Beijing está siguiendo de cerca la situación en Níger y llama a las partes relevantes a actuar en interés del país y su pueblo y resolver las diferencias pacíficamente a través del diálogo.
Un bastión para los intereses de seguridad occidentales
Si bien Estados Unidos y la Unión Europea (UE) expresaron preocupaciones similares a las planteadas anteriormente en Sudán, vieron la situación en Níger con mayor preocupación. Como piedra angular de la arquitectura de seguridad occidental en África Occidental, el país ha recibido apoyo financiero y de seguridad para mantener a flote su frágil economía.
El papel de Níger como bastión de los intereses de seguridad occidentales gira en torno a tres cuestiones fundamentales. En primer lugar, el país es un baluarte contra la propagación de las insurgencias islamistas en la región del lago Chad y cerca de sus fronteras con Burkina Faso y Malí.
En segundo lugar, Occidente ve al país como un aliado clave de la UE para frenar la migración irregular procedente del África subsahariana. Por último, Níger es uno de los pocos países de la región que no recurre al modelo ruso Wagner para proteger sus intereses.
El presidente de Níger, Mohamed Bazoum, es uno de los pocos líderes prooccidentales en la región del Sahel de África. Foto: naijanews.com
Aunque el presidente Bazoum es un aliado cercano de Francia y otras naciones occidentales, Beijing ha estado logrando avances en Níger así como con otros países de la región.
China está presente en Níger como socio económico en la exploración petrolera en la parte oriental del país, dijo Rahmane Idrissa, investigador principal del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Leiden en los Países Bajos. “Este acuerdo no se verá afectado por el golpe”, afirmó Idrissa.
Según el Ministerio de Comercio de China, la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) han invertido 4.600 millones de dólares y 480 millones de dólares respectivamente en las industrias de petróleo y uranio de Níger. La industria de uranio del país suministra alrededor del 5% del mineral de uranio de mayor calidad del mundo. Además de uranio, Níger también exporta oro y semillas oleaginosas.
“La posesión por parte de Níger de importantes depósitos de uranio y otros recursos valiosos, como el oro, plantea preocupaciones sobre las posibles implicaciones de largo alcance para la economía mundial”, dijo Mohammed Soliman, director del Instituto de Oriente Medio en Washington, DC.
Según Soliman, si la situación en la región del Sahel se agrava aún más, podría tener consecuencias importantes para los intereses económicos y las inversiones de China en Níger y los países vecinos.
“La inestabilidad podría perturbar proyectos de infraestructura, industrias extractivas y otras iniciativas comerciales en las que China ha invertido, poniendo en riesgo sus intereses económicos en la región”, advirtió Soliman.
La Iniciativa del Cinturón y la Ruta bajo amenaza
Lo que acaba de ocurrir en Níger es sólo uno de una serie de golpes de Estado ocurridos en Malí, Burkina Faso, Guinea, Chad y Sudán, una zona conocida en los últimos años como el “cinturón golpista africano”.
La inestabilidad está creciendo en África Occidental, una región que ya enfrenta los impactos del cambio climático y el aumento de los precios de los productos básicos desde el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En 2022, Níger se enfrenta a una crisis alimentaria sin precedentes: se estima que 4,4 millones de personas, de una población de 26 millones, padecen una grave inseguridad alimentaria.
Estos factores complican el desarrollo de infraestructura a largo plazo de China, incluido el oleoducto Níger-Benín de 2.000 kilómetros y 4.500 millones de dólares construido por la Corporación Nacional del Petróleo de China (CNPC) y la modernización de las instalaciones de extracción de uranio en el norte de Níger.
Desde el año 2000, China se ha mostrado cada vez más interesada en invertir en Níger, especialmente desde que expresó su intención de desarrollar un proyecto de oleoducto y explotar minas de uranio locales.
En el Foro de Inversión China-Níger celebrado en Niamey en abril, Beijing dijo que estaba dispuesto a construir un parque industrial para desarrollar productos agrícolas, manufactureros, mineros y inmobiliarios.
El presidente de Níger, Mohamed Bazoum, recibió el 3 de julio al Sr. Jiang Feng, embajador de China en Níger. Foto: Twitter
Si bien el sector energético de China está bien preparado para operar en un entorno complejo, su sector minero ha sido el más afectado por la creciente violencia en África. Por lo tanto, China se ve obligada a elegir entre satisfacer la necesidad de reactivar su economía continental y mantener en marcha la Iniciativa del Cinturón y la Ruta (BRI).
Según los expertos chinos, la mayor parte de la inversión extranjera en la BRI se destinará principalmente a reactivar los proyectos restantes, que no se ven afectados por el deterioro del entorno de seguridad.
Mientras Beijing busca consolidar su creciente presencia en África, el rápido deterioro de la situación de seguridad, particularmente en el Sahel, está impulsando a Beijing a reconsiderar la viabilidad de algunos proyectos de infraestructura y trasladarse a zonas más seguras.
La inestabilidad y el conflicto prolongados en el Sahel podrían afectar los objetivos estratégicos más amplios de China y su influencia en África, forzando a China a reevaluar su compromiso y presencia en el continente, según Soliman del Middle East Institute.
Si bien Beijing ha dado luz verde a nuevos proyectos por un valor total de 36.000 millones de dólares y 8.000 millones de dólares respectivamente en los países norteafricanos de Argelia y Egipto, los acontecimientos actuales desde Níger hasta Sudán han dejado incierto el futuro de la diplomacia económica de China en el Sahel .
Nguyen Tuyet (según Think China, SCMP)
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