En la tarde del 25 de agosto, la información del Hospital General Central de Can Tho decía que los médicos del hospital acababan de salvar la vida de un paciente que se encontraba en paro cardíaco y respiratorio crítico.
Anteriormente, el Hospital General Central de Can Tho recibió información del Hospital de Obstetricia de la Ciudad de Can Tho anunciando el traslado de una paciente de 50 años de la provincia de Hau Giang que repentinamente sufrió un paro cardíaco y un paro respiratorio en una condición muy crítica. El diagnóstico al momento del traslado fue embolia pulmonar, complicaciones de paro circulatorio y respiratorio; Paciente de histeroscopia postoperatoria, día dos.
En el Hospital General Central de Can Tho, el paciente fue ingresado en coma, tuvo que ser bombeado a través de un tubo endotraqueal, tenía presión arterial muy baja a pesar de usar altas dosis de vasopresores, presentó insuficiencia respiratoria grave y acidosis metabólica severa...
El equipo realizó una angiografía por sustracción digital para diagnosticar la causa del paro circulatorio del paciente.
Afortunadamente, gracias al proceso de alerta roja interhospitalaria preactivado, tan pronto como el paciente fue admitido, los pasos de emergencia en el Hospital General Central de Can Tho estaban listos. Mediante consulta con especialistas, el paciente fue tratado de forma urgente con cuidados de emergencia, ventilación mecánica, antiacidez... Al mismo tiempo, se realizaron técnicas especializadas para diagnosticar la causa del paro respiratorio. Los resultados de la angiografía coronaria fueron normales, sin embolia pulmonar ni hemorragia cerebral. Inmediatamente después, el paciente fue trasladado al Departamento de Cuidados Intensivos – Antivenenos para su tratamiento con diagnóstico de insuficiencia valvular tricúspide, hipertensión pulmonar, shock séptico, falla multiorgánica y acidosis metabólica severa.
Al paciente también se le prescribió filtración sanguínea continua, utilizando el sistema PICCO para monitorear la hemodinámica, tratar infecciones, nutrición y ventilación mecánica. Fueron necesarios más de 7 días de tratamiento intensivo para estabilizar gradualmente la condición del paciente, superar la etapa crítica, suspender los vasopresores, detener la filtración sanguínea continua, desconectar el respirador y retirar con éxito el tubo endotraqueal. En particular, la percepción del paciente se recuperó bien.
El gran éxito de la operación de emergencia fue que el paciente no tuvo secuelas neurológicas tras el paro cardíaco.
Al compartir sobre el caso de emergencia mencionado anteriormente, el Dr. Duong Thien Phuoc, Jefe del Departamento de Cuidados Intensivos - Antiveneno, Hospital General Central de Can Tho, dijo que el paro circulatorio es una interrupción repentina de la actividad normal de bombeo de sangre del corazón, lo que hace que el flujo de sangre a los órganos se detenga. Se trata de una enfermedad con una tasa de mortalidad muy elevada, del 80-90%, y que deja secuelas muy graves si no se trata adecuada y rápidamente. Según las estadísticas de EE. UU., el paro cardíaco que ocurre fuera del hospital tiene una tasa de mortalidad de más del 90%.
Lo más peligroso es el impacto del síndrome post-paro cardíaco, que es un proceso patológico caracterizado por tres lesiones principales: Lesión cerebral post-paro cardíaco; disfunción miocárdica post-paro cardíaco; respuesta a la isquemia/reperfusión sistémica. La gravedad de las lesiones mencionadas no es uniforme y el daño cerebral sigue siendo la causa más común de muerte.
Según el Dr. Phuoc, el caso mencionado fue muy grave y el gran éxito fue que el paciente no tuvo secuelas neurológicas después del paro circulatorio. Para lograr este éxito se requieren muchos factores, especialmente el proceso de alerta roja interhospitalaria para maximizar su eficacia. A ello se suma la coordinación sincrónica y efectiva entre especialidades en el tratamiento de los pacientes.
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