SKĐS - Consumir buenos alimentos ayudará a tener una digestión saludable y a prevenir enfermedades. Aquí hay cinco alimentos buenos para el intestino que puedes agregar a tu dieta diaria…
1. Los cereales integrales mejoran la digestión.
Todos los cereales integrales contienen tres partes: el salvado, el germen y el endospermo. Cada porción contiene nutrientes beneficiosos para la digestión.
- El salvado es la capa exterior rica en fibra que aporta vitaminas B, hierro, cobre, zinc, magnesio, antioxidantes y fitoquímicos (compuestos químicos naturales de las plantas que desempeñan un papel en la prevención de enfermedades). El salvado y la fibra retardan la descomposición del almidón en glucosa, manteniendo así niveles estables de azúcar en sangre. La fibra ayuda a reducir el colesterol y a mover los desechos a través del tracto digestivo, ayudando a prevenir la formación de pequeños coágulos de sangre que pueden causar ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
- El germen es el núcleo de la semilla donde se produce el crecimiento, rico en grasas saludables, vitamina E, vitaminas del grupo B, fitoquímicos y antioxidantes.
- El endospermo es la capa interna que contiene carbohidratos, proteínas y pequeñas cantidades de algunas vitaminas B y minerales.
Los alimentos integrales aportan muchos nutrientes que son beneficiosos para el sistema digestivo.
La mayoría de los cereales integrales como el arroz integral, el maíz, las palomitas de maíz, la avena... son buenas fuentes de fibra, ayudando a mantener un sistema digestivo sano, previenen el estreñimiento, mantienen las heces blandas y llenas, previenen la diverticulosis, la enfermedad de Crohn, reducen la inflamación, pueden reducir el riesgo de cáncer de recto, ayudan a sentirse lleno por más tiempo, reduciendo así la obesidad y el sobrepeso.
2. Las verduras de hoja verde ayudan a relajar el sistema digestivo.
Las verduras de hojas verdes como el berro, el pak choi, el brócoli, las espinacas, la col rizada... son ricas en magnesio, potasio, hierro, calcio, vitaminas A, C, K y vitaminas del grupo B. De los cuales, el magnesio es especialmente importante para mantener relajados los músculos de todo el sistema digestivo, promoviendo movimientos intestinales más frecuentes.
Las vitaminas B son importantes para ayudar a convertir los alimentos en energía, una de las principales funciones básicas del sistema digestivo. Además, las verduras de hojas verdes contienen clorofila, que ayuda a desintoxicar, reducir la inflamación y ayudar al sistema digestivo a funcionar eficazmente.
Además, las verduras de hoja verde contienen un tipo específico de azúcar que ayuda a promover el crecimiento de bacterias intestinales saludables. Por lo tanto, consumir mucha fibra y verduras de hojas verdes creará condiciones para que se desarrolle una microflora intestinal saludable.
Las verduras de hojas verdes ayudan a que el sistema digestivo funcione de forma más eficiente.
3. La proteína magra controla el apetito...
Según el Dr. Nguyen Trong Hung, del Instituto Nacional de Nutrición, las proteínas juegan un papel importante en el mantenimiento de la vida y la mejora de la salud. Para el sistema digestivo, consumir alimentos ricos en proteínas como pollo, pescado, frijoles, huevos, leche... ayuda a promover una sensación de saciedad, reduce significativamente la hinchazón, la flatulencia, controla el apetito y promueve el control de peso saludable.
Además, la proteína también favorece la recuperación y el desarrollo del tejido digestivo; fortalece las células gastrointestinales, formando una barrera que evita que sustancias nocivas entren al torrente sanguíneo y causen inflamación, al tiempo que reduce el riesgo de trastornos digestivos, promoviendo la salud intestinal en general; Aporta aminoácidos esenciales y reduce el riesgo de síndrome del intestino permeable.
Aunque las proteínas son importantes, las personas con síndrome del intestino irritable o intestinos sensibles deben comer únicamente proteínas magras y evitar alimentos con alto contenido de grasa, incluidos los alimentos fritos.
4. Las frutas con bajo contenido de azúcar (fructosa) reducen la malabsorción de fructosa.
La intolerancia a la fructosa o malabsorción de fructosa es un trastorno digestivo que afecta la capacidad del cuerpo para absorber y procesar la fructosa. La fructosa es un azúcar que se encuentra en muchas frutas y algunas verduras. Las personas con intolerancia a la fructosa pueden experimentar una variedad de síntomas, con distintos grados de gravedad y frecuencia, como hinchazón, dolor abdominal, diarrea y náuseas.
Estos síntomas suelen aparecer poco después de consumir alimentos o bebidas con alto contenido de fructosa. Esto se debe a que la fructosa no digerida en los intestinos provoca la fermentación por parte de las bacterias intestinales.
Por lo tanto, para mantener la salud intestinal, conviene consumir frutas bajas en fructosa, como bayas y cítricos, como naranjas, pomelos... y limitar las frutas altas en fructosa, como manzanas, peras, mangos...
5. El aguacate contiene mucha fibra para mejorar la digestión.
Los aguacates tienen un alto contenido de fibra y nutrientes esenciales, como el potasio, que ayudan a promover una función digestiva saludable. También es un alimento bajo en fructosa, por lo que es menos probable que cause hinchazón.
Además, los aguacates son ricos en grasas monoinsaturadas que aumentan las bacterias beneficiosas, ricos en fibra para prevenir el estreñimiento, ricos en potasio para apoyar las contracciones musculares, incluida la motilidad intestinal (que descompone los alimentos, mueve los alimentos del estómago al tracto digestivo para su absorción y elimina los desechos del cuerpo).
Además, los aguacates son ricos en vitamina C, que estimula la producción de colágeno, ayudando a mantener la fuerza y la integridad de la barrera intestinal. La vitamina C también es un poderoso antioxidante que ayuda a reducir la inflamación intestinal y mejorar la diversidad y función bacteriana.
No sólo eso, los aguacates también contienen muchos de los antioxidantes más poderosos de la naturaleza, como la vitamina E, carotenoides (como la luteína, el betacaroteno) y compuestos fenólicos (como el ácido gálico). Estas sustancias pueden promover el crecimiento de "bacterias beneficiosas" en el intestino, protegerlo del estrés oxidativo, apoyar la función de las bacterias beneficiosas y mantener baja la inflamación para que la barrera intestinal permanezca intacta.
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Fuente: https://giadinh.suckhoedoisong.vn/5-loai-thuc-pham-cai-thien-tieu-hoa-172250330121743809.htm
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