La medida, vinculada a la intersección de la tecnología y la política nacional, anuncia un posible cambio en el panorama global de la inteligencia artificial (IA), con implicaciones para la seguridad nacional y las cuestiones antimonopolio en Estados Unidos.
Sam Altman ha participado en conversaciones con potenciales inversores en América, Oriente Medio y Asia, subrayando que la aprobación del gobierno estadounidense es crucial antes de que se pueda lograr cualquier progreso significativo en la empresa.
Sam Altman visitó a varios líderes, con el objetivo de alinear su ambicioso plan con los intereses nacionales de Estados Unidos.
La iniciativa de Sam Altman tiene como objetivo recaudar billones de dólares para ampliar la producción de chips informáticos avanzados, que son cruciales para desarrollar e implementar tecnologías de IA.
El núcleo de la propuesta de Sam Altman implica posibles asociaciones con los principales fabricantes de chips, incluidos TSMC, Intel y Samsung.
El interés en impulsar las capacidades globales de fabricación de chips ha ganado fuerza debido a la importancia estratégica de la industria de semiconductores, un sector que se ha convertido en un punto focal en las discusiones sobre seguridad y comercio internacional, particularmente con respecto al abastecimiento de tecnología.
“OpenAI está participando en diálogos productivos sobre la expansión de la infraestructura global y las cadenas de suministro de chips, energía y centros de datos necesarios para impulsar el crecimiento de la IA y otras industrias relacionadas”, dijo un representante de OpenAI. “Seguiremos manteniendo informado al gobierno de los EE. UU., en función de las prioridades nacionales, y esperamos brindar información más detallada en el futuro”.
A pesar de las conversaciones entre el jefe de OpenAI y la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, los detalles de esas conversaciones siguen siendo secretos.
Sin embargo, el Departamento de Comercio reconoce la importancia de mantener un diálogo abierto con líderes de la industria como Sam Altman en medio de la dinámica tecnológica cambiante.
El impulso para aumentar la producción de chips podría desencadenar una revisión de seguridad nacional, poniendo de relieve el delicado equilibrio entre el avance tecnológico y la urgente necesidad de proteger los intereses nacionales.
Además, los planes de Sam Altman de crear una nueva empresa para emitir acciones separadas de OpenAI podrían generar preocupaciones antimonopolio dadas las complejidades de la ley de gobierno corporativo de Estados Unidos.
La empresa conjunta podría plantear nuevos desafíos ya que el Departamento de Comercio de Estados Unidos administra importantes subsidios a través de la Ley de Chips de 2022 para estimular la producción nacional de semiconductores.
Mientras OpenAI continúa contemplando sus próximos movimientos estratégicos, la convergencia de tecnología, inversión y políticas en sus operaciones seguirá siendo tema de escrutinio minucioso.
(según Forbes)
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