Ayunar o comer muy poco empujará al cuerpo a un estado de inanición y deficiencia de nutrientes. Si su objetivo es perder peso, dejar su cuerpo sin comer de esta manera puede obstaculizar sus esfuerzos por perder peso, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
El ayuno frecuente puede provocar úlceras de estómago e incluso aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
Si ayunas con frecuencia, tu cuerpo tendrá los siguientes problemas:
Los niveles de energía caen
Uno de los principales efectos de no comer cuando tenemos hambre es la disminución de los niveles de energía del cuerpo, lo que produce fatiga y letargo. Los alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para mantener la salud física y mental. Cuando ayunas durante demasiado tiempo, tus niveles de azúcar en sangre bajan, creando una deficiencia de glucosa.
Este es un azúcar esencial que ayuda a proporcionar energía al cuerpo. La glucosa sirve como fuente principal de combustible para las funciones corporales, especialmente la actividad muscular y los procesos cognitivos cerebrales. Cuando las reservas de glucosa del cuerpo se agotan, se desencadena inmediatamente una respuesta endocrina.
Se liberan hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, para movilizar las reservas de glucosa del cuerpo, seguidas de una movilización de grasa para compensar las deficiencias nutricionales.
Metabolismo lento
Saltarse las comidas parece ser una forma efectiva de perder peso rápidamente. Pero, de hecho, las investigaciones muestran que en realidad puede obstaculizar la pérdida de peso. La razón es que el ayuno tiene un impacto negativo en el metabolismo.
El metabolismo es responsable de absorber los alimentos y convertirlos en energía para el cuerpo. Este proceso ocurre continuamente. Incluso cuando está en reposo, el cuerpo quema calorías a un ritmo determinado. Este fenómeno se llama tasa metabólica basal.
El ayuno frecuente desencadena una respuesta fisiológica que hace que el cuerpo priorice las pocas calorías que tiene disponibles para alimentar el cerebro y los órganos vitales, mientras reduce la cantidad de calorías disponibles para otras actividades no esenciales. Este cambio ayuda a conservar energía para fines de supervivencia, ralentizando así el metabolismo. Un metabolismo más lento significa que el cuerpo quema menos calorías y es más difícil perder peso.
Provoca problemas digestivos.
El estómago secretará regularmente ácido y enzimas para digerir los alimentos. Sin alimentos para digerir, estos jugos digestivos se producen en exceso e irritan el revestimiento del estómago, lo que provoca acidez y reflujo.
Este ambiente ácido también puede alterar el equilibrio de las bacterias intestinales llamado microbioma intestinal. Esto puede causar hinchazón, gases y estreñimiento, entre otros problemas digestivos.
Las consecuencias de saltarse las comidas no son sólo temporales. Saltarse las comidas con regularidad puede provocar problemas más graves, como cálculos biliares, úlceras de estómago e incluso un mayor riesgo de cáncer colorrectal, según Healthline .
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