Españoles hacen cola para recibir alimentos y ropa de abrigo en un punto de distribución de la Fundación Madrina en Madrid en marzo de 2023.
Según Reuters, el Banco Mundial advirtió el 9 de enero que se espera que el crecimiento mundial en 2024 continúe desacelerándose por tercer año consecutivo, prolongando la pobreza y empeorando los niveles de deuda en muchos países en desarrollo.
Afectada por factores como la pandemia de Covid-19, la guerra en Ucrania y la creciente inflación y las tasas de interés en todo el mundo, es probable que la primera mitad de la década de 2020 sea el peor período de los últimos 30 años.
En su último informe Perspectivas económicas mundiales, el Banco Mundial pronostica un crecimiento del PIB mundial del 2,4% este año. Esta tasa será del 2,6% en 2023, del 3% en 2022 y del 6,2% en 2021.
Esto conducirá a un crecimiento más débil en 2020-2024 que en los años que rodearon la crisis financiera mundial de 2008-2009, la crisis financiera asiática de los años 1990 y la recesión de principios de la década de 2000, según el economista del Grupo del Banco Mundial Ayhan Kose.
Excluyendo la desaceleración causada por la pandemia de Covid-19 en 2020, la tasa de crecimiento de este año se considera la más débil desde la crisis financiera mundial de 2009, dijo el Banco Mundial.
Se prevé que el crecimiento mundial repunte ligeramente en 2025, alcanzando el 2,7%, pero esta cifra es inferior al pronóstico de junio de 2023 del 3,0%, debido a la desaceleración prevista en las economías avanzadas.
El objetivo del Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema para 2030 ahora parece en gran medida fuera de alcance, en un momento en que la actividad económica se ve obstaculizada por conflictos geopolíticos.
“Sin un ajuste importante, la década de 2020 pasará como un período de oportunidades desperdiciadas. El crecimiento a corto plazo seguirá siendo débil, lo que dejará a muchos países en desarrollo –especialmente los más pobres– atrapados en una trampa con niveles de deuda agobiantes y un acceso deficiente a los alimentos para casi un tercio de la población”, dijo Indermit Gill, economista jefe del Grupo Banco Mundial.
Una forma de impulsar el crecimiento, especialmente en los mercados emergentes y los países en desarrollo, es acelerar las inversiones anuales de 2,4 billones de dólares necesarias para la transición a la energía limpia y la adaptación al cambio climático, afirmó el Banco Mundial.
El Banco ha estudiado un crecimiento rápido y sostenido de la inversión de al menos el 4% anual y ha descubierto que esto impulsa el crecimiento del ingreso per cápita y la producción manufacturera y de servicios, y mejora la posición fiscal de los países.
Sin embargo, para lograr esa aceleración generalmente se requieren reformas integrales, incluidas reformas estructurales para ampliar el comercio y los flujos financieros transfronterizos, así como mejores marcos de política fiscal y monetaria, según el Banco Mundial.
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