El 29 de noviembre, medios estadounidenses comentaron que la ausencia del presidente Joe Biden de la 28ª Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) en Dubái, Emiratos Árabes Unidos (EAU), muestra el dilema de Estados Unidos para equilibrar el consumo de combustibles fósiles y sus ambiciones climáticas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no asistirá a la próxima 28ª Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28) en Dubái. (Fuente: Reuters) |
Según el New York Times, por un lado, Biden se enfrenta a presiones para aumentar la producción de petróleo y reducir los precios internos de la gasolina, pero por otro, todavía tiene que promover sus ambiciones medioambientales en el escenario mundial. En Estados Unidos, las políticas energéticas y climáticas de la administración Biden están bajo diversas presiones políticas.
Preocupados por las críticas republicanas a la agenda verde radical del presidente Biden, los demócratas moderados quieren que el presidente reconozca que Estados Unidos está produciendo cantidades récord de petróleo crudo este año.
Mientras tanto, los activistas climáticos, especialmente los votantes jóvenes que votaron por Biden en las elecciones de 2020, quieren que el presidente cierre todos los pozos.
Según el Washington Post , la decisión del jefe de la Casa Blanca de ausentarse de la COP 28 podría provocar que Estados Unidos se enfrente a fuertes críticas de los países en desarrollo, los países que menos han causado el cambio climático pero son los más vulnerables. Estados Unidos se encuentra entre los países que emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero en el mundo, causantes del calentamiento global.
Así, los representantes estadounidenses que asistirán a la COP 28 serán John Kerry, enviado especial del presidente Biden sobre cambio climático, Ali Zaidi, asesor nacional sobre clima, y John Podesta, asesor principal.
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