Según el Daily Mail, la Fuerza Espacial de Estados Unidos (USSF) aún mantiene en secreto información sobre las misiones que realiza esta nave espacial de 200 millones de dólares.
El X-37B ha completado siete misiones con éxito, pero gran parte de sus operaciones permanecen envueltas en secreto. Los funcionarios sólo han revelado que el barco está participando en una serie de experimentos que involucran "tecnología de conciencia espacial", sin revelar detalles específicos.
La nave espacial X-37B de la Fuerza Espacial de Estados Unidos. (Fuente: USSF) |
Sin embargo, el papel general del USSF es claramente público. En un discurso reciente, el general Bradley Chance Saltzman, comandante combatiente de la USSF, enfatizó la importancia de controlar el espacio.
"El control del espacio es una misión exclusiva de las fuerzas de combate, una responsabilidad que sólo los militares pueden asumir. El espacio es el nuevo campo de batalla y nuestro objetivo es lograr la superioridad absoluta", afirmó Saltzman.
También dijo que la USSF está lista para utilizar medidas "dinámicas" (operaciones militares) y "no dinámicas" (guerra electrónica, interferencia de señales) para debilitar o neutralizar las capacidades del oponente cuando sea necesario.
¿Qué probó el X-37B durante sus 434 días?
El X-37B es un avión no tripulado que se lanzará desde el Centro Espacial Kennedy (Florida) a finales de diciembre de 2023. Aunque su misión principal sigue siendo un misterio, los observadores creen que la nave espacial podría utilizarse para rastrear otros satélites en órbita.
Una cosa es segura: en octubre de 2024, el X-37B realizará una serie de nuevas maniobras de vuelo por primera vez registrada. La nave espacial probó la técnica del "aerofrenado", que utiliza la atmósfera de la Tierra para reducir la velocidad.
En concreto, el X-37B descendió a la órbita, enviando parte de su cuerpo a la atmósfera. A medida que las moléculas de aire rozan la superficie del barco, se crea una resistencia que lo ayuda a reducir la velocidad. Esta es una táctica importante para corregir la órbita o reducir la velocidad lo suficiente para que la gravedad de la Tierra atraiga la nave hacia atrás.
Además, la técnica permite retirar un módulo de servicio unido a la parte trasera del X-37B antes del aterrizaje, aunque no se ha revelado el contenido del módulo.
“La séptima misión del X-37B abrió nuevas posibilidades, demostrando que la nave espacial puede realizar experimentos flexibles en una variedad de regímenes orbitales”, dijo Saltzman en una declaración de la USSF.
X-37B: ¿una herramienta para que EE.UU. gane superioridad espacial?
El X-37B, construido por Boeing, tiene un diseño similar al transbordador espacial anterior de la NASA. Se lanza a la órbita mediante un cohete y regresa a la Tierra como un avión convencional.
Holly Murphy, directora del programa Boeing, dijo en un vídeo de noviembre de 2024 que las misiones X-37B continúan impulsando la tecnología espacial estadounidense. “Estamos probando nuevas tecnologías que reducen el riesgo y dan forma al futuro de los sistemas espaciales”, afirmó.
Los equipos de tierra de la Base Espacial Vandenberg estuvieron presentes para presenciar el aterrizaje del X-37B. (Fuente: USSF) |
Después de un viaje de 434 días, la nave espacial aterrizó en la Base Espacial Vandenberg en California temprano en la mañana del 8 de marzo.
En un discurso en la Conferencia de Guerra de la Asociación de Fuerzas Aéreas y Espaciales en Aurora, Colorado, el 4 de marzo, el General Saltzman enfatizó la importancia de lograr superioridad en el dominio espacial, especialmente en el contexto de la competencia estratégica con otras potencias.
“Si realmente queremos ser guerreros espaciales, debemos aceptar la responsabilidad de controlar el espacio”, declaró. “Debemos perfeccionar todos los elementos: mano de obra, entrenamiento, equipo y mantenimiento. Si falta alguno de ellos, perderemos nuestra ventaja estratégica”.
El X-37B puede ser sólo una parte de una estrategia estadounidense más amplia para consolidar su liderazgo en la carrera espacial. Y aunque la verdadera misión de la nave espacial sigue siendo desconocida, es claramente una pieza clave en las ambiciones espaciales del Pentágono.
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