Aunque se considera el pulmón verde del planeta, en los últimos años la selva amazónica ha sido continuamente devastada por la tala, la explotación minera desenfrenada y los incendios forestales para la agricultura y la ganadería... Muchas zonas han sido arrasadas, empujando a la extinción a numerosas especies raras de animales y plantas.
En un estudio publicado en la revista Science, los científicos dijeron que la selva amazónica ha sido devastada mucho más severamente de lo que se informó anteriormente. En consecuencia, la deforestación en Brasil, país que representa el 60% de la superficie amazónica, se disparó en el período 2019-2022. Además, el número de incendios provocados por las actividades humanas y el clima seco también son razones por las que las áreas forestales se están reduciendo cada vez más.
La diversa flora y fauna de la selva amazónica.
La ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, explicó que para preservar la selva amazónica el área destruida no puede superar el límite del 20%. Muchos científicos advierten que si se rompe ese límite, este preciado recurso será irreversible y podría convertirse en un pastizal en cuestión de décadas. De manera alarmante, la tasa de deforestación de la Amazonia ha alcanzado ya el 17%.
Expertos afirman que la situación señalada no sólo plantea desafíos para los países de la región, sino también la lucha contra el cambio climático global. Con una superficie de casi 7 millones de kilómetros cuadrados, que abarca el territorio de 8 países, la selva amazónica es el hogar de alrededor de 1 millón de indígenas de 500 tribus diferentes y es el hogar de más de 3 millones de especies de animales y plantas.
Según una nueva investigación publicada en la revista Communications Earth & Environment, la Amazonia absorbe 26.000 toneladas de contaminantes del aire cada año, al tiempo que ahorra unos 2.000 millones de dólares al año en costes de atención sanitaria para el tratamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Además, al absorber una gran cantidad de emisiones de CO2 y proporcionar alrededor del 20% del oxígeno de la Tierra, el bosque tropical más grande del mundo desempeña un papel extremadamente importante en la limitación del impacto del cambio climático. El enviado estadounidense para el clima, John Kerry, advirtió que el mundo no puede alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC sin proteger la Amazonia. Entretanto, el Ministro de Medio Ambiente de Colombia afirmó que la destrucción de este bosque hasta el punto de no retorno conllevaría consecuencias impredecibles para el cambio climático global.
En respuesta al pedido urgente de ayuda de la Amazonía, la Cumbre de la OTCA es una oportunidad para que los países creen un punto de inflexión para revertir la degradación de este bosque tropical. El presidente brasileño Lula da Silva afirmó que la conservación de los bosques y la seguridad en las zonas fronterizas entre los países son los principales contenidos de la conferencia. Además, los países miembros de la OTCA también propusieron un proyecto para regenerar alrededor de 30 millones de hectáreas de bosques.
El costo es una de las grandes preguntas en los esfuerzos por revitalizar la Amazonia. Una investigación del Instituto de Recursos Mundiales y la Comisión Global sobre la Economía y el Clima muestra que para proteger la Amazonia y convertirla en un motor de crecimiento económico sostenible, Brasil necesita invertir alrededor de 533.000 millones de dólares entre ahora y 2050.
En ese contexto, el Gobierno colombiano considera que la Cumbre de la OTCA es una oportunidad para promover el multilateralismo en el tratamiento de los temas relacionados con la Amazonía, porque la supervivencia del bosque tiene un gran impacto en la agenda climática global. De hecho, la conservación de los bosques recibe la atención de muchas potencias mundiales. Desde que asumió el cargo a principios de 2023, el gobierno del presidente brasileño Lula da Silva ha revivido el Fondo de Protección del Bosque Amazónico y ha seguido presionando a los líderes mundiales para que contribuyan a los esfuerzos para salvar el bosque. El fondo ha recibido un apoyo significativo del Reino Unido, Francia y Alemania.
Según el Gobierno brasileño, gracias a sus incansables esfuerzos, en los primeros 7 meses de 2023, la superficie de selva amazónica deforestada en el país disminuyó alrededor de un 43% en comparación con el mismo período de 2022. Sin embargo, los expertos enfatizan que el camino para rescatar la Amazonía aún es largo y espinoso, requiriendo la cooperación y contribución no solo de los países de la región sino también de la comunidad internacional.
Según el periódico Nhan Dan
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