Ni elegante ni frágil, la flor de kapok es a la vez rústica y sencilla, y aun así bella y encantadora. Esa flor amada regresa a su hora prevista, fiel a la primavera, llenando con su color rojo el cielo cada marzo. El color rojo de las flores del algodonero combinado con la sencillez y rusticidad del campo crea hermosos recuerdos, recordando la nostalgia de la época de las flores del algodonero en marzo...
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