Se recomienda consumir únicamente productos e ingredientes alimenticios con un origen y procedencia claros. No utilice en absoluto productos enlatados caducados, hinchados, aplanados, deformados, oxidados, deteriorados o con sabores o colores inusuales. Coma alimentos cocinados y beba agua hervida. Priorice el consumo de alimentos recién preparados y recién cocinados.
No selle usted mismo los alimentos ni los deje descongelados durante largos periodos de tiempo. Con los alimentos fermentados, envasados o cubiertos de forma tradicional (como encurtidos, brotes de bambú, berenjenas encurtidas...) es necesario procurar que sean ácidos y salados. Cuando el alimento ya no esté ácido, no se debe comer. Cuando aparezcan síntomas de intoxicación botulínica, acuda inmediatamente al centro médico más cercano para un diagnóstico y tratamiento oportuno.
De acuerdo a las instrucciones del Ministerio de Salud, los síntomas comunes relacionados con la intoxicación son: aparición temprana de síntomas digestivos como: náuseas, vómitos, distensión abdominal, dolor abdominal, seguido de parálisis intestinal funcional, estreñimiento; Luego aparecen síntomas neurológicos como: parálisis simétrica bilateral, con origen en cabeza, cara, cuello y extendiéndose hasta las piernas (párpados caídos, visión doble, visión borrosa, dolor de garganta, dificultad para hablar, dificultad para tragar, ronquera, boca seca); luego parálisis de los brazos, parálisis de los músculos del pecho, abdomen y parálisis de ambas piernas. Los reflejos tendinosos profundos suelen estar reducidos o ausentes; sin alteración sensorial; Las pupilas pueden estar dilatadas bilateralmente. La parálisis varía desde leve (fatiga, fatiga muscular similar a la debilidad física, incapacidad para realizar actividades extenuantes normales) hasta parálisis grave (retención de esputo, tos fuerte, asfixia fácil, insuficiencia respiratoria).
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