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| Los países de Europa del Este han construido vallas para detener la afluencia de inmigrantes. Sin embargo, ahora estos mismos países se dan cuenta de que sus economías dependen de la mano de obra extranjera. (Fuente: AP) |
“Hace tres años nunca me habría imaginado que un día estaría en Varsovia bebiendo cerveza polaca”, dijo Shourya Singh, un gestor de riesgos de Varanasi, en el noreste de la India. Actualmente trabaja para Ernst & Young (EY), una empresa que ofrece servicios profesionales de auditoría en la capital de Polonia.
Shourya reveló que fue reclutado por una empresa internacional de RRHH a través de LinkedIn y trabajó bajo contrato en el banco holandés ING, antes de unirse a EY.
La historia de Shourya no es infrecuente.
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| Shourya Singh dice que ha hecho más amigos indios en Polonia que en su propio país. (Fuente: Privada) |
Abraham Ingo, un joven de 20 años de Namibia, trabaja actualmente como desarrollador de modelos de gestión de riesgo crediticio para un gran banco en Varsovia. Abraham compartió que venir a Polonia le abrió un mundo nuevo.
“Mi experiencia de trabajo aquí ha sido realmente increíble. La empresa tiene una gran cultura laboral, una plantilla diversa y una gestión eficaz. Vivir en Polonia me ha ayudado a crecer y me ha dado una base para contribuir a mi país natal, Namibia, a largo plazo”, afirmó Abraham.
Europa central y oriental cambian
Polonia y otros países de Europa Central y Oriental (ECO) han experimentado cambios dramáticos. En los 19 años transcurridos desde que se unieron a la UE, muchos países se han desarrollado a un ritmo vertiginoso, pasando de la condición de mercado en desarrollo a la de mercado desarrollado.
Esto, por supuesto, supone una importante inversión para la economía europea, pero al mismo tiempo también crea una serie de desafíos, como el envejecimiento de la población, la escasez de mano de obra, el rápido aumento de los salarios y una mayor necesidad de mano de obra inmigrante.
Entre ellos, la industria, la salud, el transporte y la tecnología de la información son los sectores económicos con mayor escasez de mano de obra.
La demografía habla por sí sola
La escasez de mano de obra en Europa es resultado de cambios demográficos, principalmente el envejecimiento de la población y la migración, junto con un crecimiento económico sin precedentes.
La mayoría de los países de la región han experimentado una disminución de su población en los últimos 15 años. Según datos del Servicio Europeo de Empleo (EURES), una red destinada a facilitar la libre circulación de trabajadores en la UE, los países de Europa central y oriental también experimentaron este fenómeno entre 2010 y 2021.
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| A las empresas occidentales en Europa del Este les resulta cada vez más difícil encontrar trabajadores cualificados. |
Se espera que la migración y las bajas tasas de fertilidad provoquen que la población en edad de trabajar (20 a 64 años) en los países de Europa central y oriental disminuya alrededor de un 30% para 2050.
La tasa de dependencia –la relación entre personas que no están en edad de trabajar y aquellas que sí lo están– también ha aumentado en el último decenio. Según la oficina de seguridad social polaca ZUS, para que la tasa de dependencia disminuya, el número de extranjeros en edad laboral tendría que aumentar entre 200.000 y 400.000 personas al año sólo en Polonia.
La transición económica verde transforma el mercado laboral
Además de las cuestiones demográficas, “también hay que tener en cuenta el contexto de las economías en proceso de transformación verde y digital”, afirma Nadia Kurtieva, experta de la Federación Lewiatan de Polonia.
“Estas dos tendencias paralelas están transformando el mercado laboral al crear nuevas oportunidades profesionales, lo que a su vez afectará las habilidades y la experiencia que requieren las organizaciones, pero habrá una escasez significativa de trabajadores calificados para satisfacer la demanda”, agregó Kurtieva.
Varios países de Europa central y oriental también se enfrentan a una grave escasez en sus mercados internos debido a la emigración de ciertas ocupaciones que ya escaseaban.
Según el Banco Mundial, Eslovenia tuvo la migración neta más alta entre los países de Europa central y oriental, alcanzando las 4.568 personas en 2021. La migración neta es una tasa anual que tiene en cuenta tanto la inmigración como la emigración. Rumania tuvo el nivel más bajo, con 12.724 personas.
La situación cambió después del conflicto entre Rusia y Ucrania, que tuvo consecuencias importantes para la oferta de mano de obra en la región. En la actualidad, Polonia tiene el mayor número de refugiados procedentes de Ucrania, estimado en alrededor de un millón de personas.
Ola de trabajadores extranjeros
En 2021, el gobierno rumano aprobó una política para aumentar a 100.000 el número de visas que se pueden emitir a trabajadores extranjeros para 2022. Los extranjeros representan sólo el 1,1% de la fuerza laboral del país.
El gobierno rumano dijo este año que estaba listo para acoger a 100.000 trabajadores no pertenecientes a la UE. Después de Bulgaria, Rumania ha abierto sus puertas a trabajadores cualificados de Bangladesh, con empleos en la agricultura, la construcción y los servicios.
En Hungría trabajan más de 4,7 millones de personas y, según la Oficina Central de Estadística de Hungría (KSH), 85.000 de ellas son extranjeras.
Sin embargo, según el ministro de Desarrollo Económico, Marton Nagy, el mercado laboral interno pronto necesitará 500.000 trabajadores adicionales. Hungría ha ampliado la lista de países no pertenecientes a la UE en los que puede contratar trabajadores, aunque endurecerá las condiciones en las que pueden quedarse de forma permanente. El gobierno dijo que actualmente hay al menos 3.000 vacantes de empleo esperando a trabajadores filipinos calificados en Hungría.
Lo mismo ocurrió en Polonia. Al compartir con The Freeman of the Philippines, el Sr. Tomasz Danel, que trabaja como cónsul en la Embajada de Polonia en Manila, dijo que en la actualidad en Polonia faltan trabajadores de la construcción, soldadores, conductores y muchas otras ocupaciones poco cualificadas. “Polonia es un destino laboral cada vez más popular entre los filipinos y el número aumenta cada año”. dijo Danel.
Según una investigación realizada por el Instituto Económico Polaco y BGK (un banco de desarrollo polaco), cuatro de cada diez empresas en Polonia emplean a ciudadanos no pertenecientes a la UE.
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| Trabajadores migrantes en Europa del Este y la historia de quién necesita más a quién. |
Un ejemplo real de este fenómeno es el surgimiento de las “ciudades de contenedores”, un proyecto para proporcionar alojamiento a trabajadores extranjeros, principalmente de Asia, en una gran instalación petroquímica que está construyendo la empresa energética Orlen cerca de la provincia de Plock, en el centro de Polonia. Se espera que unos 6.000 trabajadores extranjeros de Turquía, India, Pakistán y Corea del Sur vivan y trabajen aquí. Las actividades recreativas también están incluidas en el proyecto, que incluye la construcción de un campo de cricket.
Según datos oficiales del gobierno checo, a diciembre de 2022 se estima que aquí trabajaban casi 1 millón de trabajadores extranjeros, lo que representa el 15% de la población activa adulta. Menos de la mitad de ellos proceden de otros países europeos.
Las empresas checas pierden entre 30.000 y 50.000 trabajadores cada año debido a las jubilaciones, afirmó Jan Rafaj, vicepresidente de la Asociación Industrial Checa. “El mercado laboral interno no puede resolver este problema sin los extranjeros”, afirmó Jan Rafaj.
La integración sigue siendo un problema en la mayoría de los países de Europa central y oriental. Sin embargo, eso no molestó a Shouya. “No encuentro muchas dificultades en mi carrera, salvo el idioma. Pero por supuesto, Google Translate ayudará".
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