Reducir la deuda, aumentar los incentivos, desarrollar juntos

Báo Sài Gòn Giải phóngBáo Sài Gòn Giải phóng01/10/2024


La cuestión del alivio de la deuda de las economías en desarrollo se vuelve cada vez más urgente en el contexto de una deuda externa que amenaza con acabar con los logros comunes en materia de desarrollo. Este es también un tema candente en las reuniones de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Grupo de las 20 principales economías desarrolladas y emergentes (G-20).

Proyecto ferroviario en Tanzania con préstamo de la AIF. Foto: RAILWAYPRO
Proyecto ferroviario en Tanzania con préstamo de la AIF. Foto: RAILWAYPRO

Aumentar los préstamos preferenciales

Al buscar soluciones, estas organizaciones siempre consideran dar prioridad a proporcionar capital de bajo costo a los países que no pueden acceder a él. Una de las mejores maneras de hacerlo es financiar generosamente la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial. Esta es la mayor fuente de financiamiento concesional para apoyar proyectos de desarrollo, incluidos préstamos, donaciones y otros tipos de financiamiento con tasas de interés inferiores a las del mercado. En efecto, es un salvavidas para los 75 países más pobres del planeta, proporcionándoles financiación a bajo interés cuando carecen de acceso a los mercados globales y a otra asistencia para el desarrollo.

A lo largo de sus seis décadas de funcionamiento, la AIF ha ayudado a los países a mejorar los sistemas de salud y educación, crear empleos, construir infraestructura y recuperarse de desastres. Los principales países donantes de la AIF, encabezados por Estados Unidos (el mayor contribuyente), Japón, el Reino Unido, Alemania, Francia y China, han prometido 23.500 millones de dólares para la reciente reposición de fondos. El nivel más alto de la AIF en 2021. Gracias a su calificación crediticia AAA La AIF puede asignar 93.000 millones de dólares a países de bajos ingresos.

Para 2022, 36 países que alguna vez dependieron del financiamiento de la AIF, entre ellos Angola, India y Corea del Sur, habrán fortalecido sus economías lo suficiente como para ya no necesitar asistencia. Veinte de estos países se encuentran ahora en la mitad superior de la clasificación de PIB per cápita, ordenados del más alto al más bajo, y 19 de ellos realizan actualmente contribuciones propias a la AIF. Pero esto no es suficiente para sacar a los países receptores de la crisis. Las contribuciones de los países al fondo de la AIF se reponen cada tres años, la última a finales de este año (2024).

El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, ha pedido a los donantes que aumenten sus contribuciones hasta en un 25%. Pedir más dinero es difícil en un momento en que los países ricos enfrentan sus propias limitaciones financieras, pero no hay mejor inversión que hacer para mejorar las vidas de los pobres. En muchos casos, el acceso a préstamos más baratos será suficiente para que estos países restablezcan el crecimiento, lo que conducirá a un mundo más próspero y estable, un resultado que beneficia a todos.

Financiación para el crecimiento

Otro problema es que, incluso si las donaciones de la AIF aumentan, los países que reciben el dinero seguirán teniendo dificultades sin un alivio generalizado de la deuda. El primer paso para lograr el alivio de la deuda es reformar el Marco Común del G20. Hasta el momento, los prestamistas no han acordado cómo compartir el costo de la condonación de la deuda. Las instituciones financieras internacionales también necesitan estudiar para evitar crisis de deuda global.

A principios de 2024, en un informe del Finance for Development Lab, un grupo de expertos con sede en París, propuso un “programa puente”. Por ejemplo, los países que enfrentan problemas de liquidez se comprometerían a invertir en un programa de crecimiento sostenible e inclusivo a cambio de financiamiento adicional de los bancos multilaterales de desarrollo, incluida la AIF, creando un puente hacia la estabilidad financiera. Los detalles deberán resolverse caso por caso, pero este enfoque parece prometedor. Esta opción también es apoyada por presidentes africanos como Ghana, Kenia y Zambia.

Si los líderes de las instituciones financieras globales y los países ricos no cumplen con sus compromisos, es probable que docenas de países queden en graves dificultades durante una década o más. Mientras tanto, con las reformas y las inversiones adecuadas, los países prestatarios pueden impulsar el crecimiento y salir de la deuda.

Al ayudar a los países pobres a escapar de sus crisis de deuda, los gobiernos occidentales y las instituciones financieras internacionales podrían abrir más fondos para la innovación y el desarrollo, especialmente en África. Un apoyo debidamente comprometido puede liberar recursos para crear resiliencia a largo plazo en los sistemas de salud y alimentación. Juntos, los líderes mundiales pueden escribir una nueva historia: una que termine en un ciclo de crecimiento global positivo.

Síntesis de HUY QUOC



Fuente: https://www.sggp.org.vn/giam-no-tang-uu-dai-cung-phat-trien-post761504.html

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