La tecnología de captura directa de emisiones evaluada por el IPCC puede contribuir a combatir el cambio climático
La decisión de la administración Biden se considera una apuesta histórica del país por una tecnología que aún está en desarrollo para combatir el cambio climático. Al mismo tiempo, esta tecnología se enfrenta a muchas críticas por parte de la comunidad científica.
La mayor inversión de la historia
Los dos proyectos se están implementando en Texas y Luisiana, y cada uno tiene como objetivo eliminar 1 millón de toneladas de CO2 al año, equivalente a las emisiones anuales de 445.000 automóviles a gasolina.
Bloomberg citó el anuncio del Departamento de Energía de Estados Unidos diciendo que el proyecto dual representa "la inversión más grande del mundo en la historia en el campo de la aplicación de tecnología de eliminación de CO2 " para responder al cambio climático.
"La reducción de emisiones por sí sola no revertirá los crecientes impactos del cambio climático", afirmó la Secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm. “También necesitamos eliminar el CO2 que se ha liberado a la atmósfera”, enfatizó.
La tecnología de captura directa de aire (DAC), también conocida como tecnología de reducción de CO 2 (CDR), se centra en el tratamiento del CO 2 liberado al aire que conduce al cambio climático y provoca fenómenos meteorológicos extremos.
El Departamento de Energía estadounidense espera que cada proyecto estadounidense "absorba" 250 veces más CO2 del aire que la mayor instalación de captura de emisiones que opera actualmente en Islandia, Orca. La instalación de Islandia tiene capacidad para capturar 4.000 toneladas de CO2 al año, según Reuters.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas cree que capturar CO2 directamente de la atmósfera es una de las medidas necesarias para abordar el calentamiento global.
Una instalación de captura directa de emisiones de Climeworks
Sin embargo, este campo todavía es bastante limitado. Según cifras de la Agencia Internacional de Energía (OIEA), actualmente sólo hay 27 instalaciones de captura de CO2 en funcionamiento en todo el mundo. Al menos 130 proyectos están en desarrollo.
Y algunos expertos temen que el uso de la tecnología sirva como excusa para seguir emitiendo más gases de efecto invernadero, en lugar de centrarse en acelerar la transición hacia la energía limpia.
La AFP cita también al profesor Mark Jacobson, de la Universidad de Stanford (EE.UU.), quien advierte que capturar directamente las emisiones del aire y comprimirlas en tuberías requeriría enormes cantidades de energía.
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Incluso en el mejor escenario de uso de electricidad procedente de energías renovables, dijo el profesor, esta fuente de energía debería utilizarse para sustituir la electricidad procedente de combustibles fósiles como el carbón y el gas en lugar de servir para "absorber" CO2 del aire.
Por lo tanto, el profesor Jacobson considera que el DAC o el CDR no son más que un "truco utilizado en la publicidad" y que sólo retrasan soluciones reales al problema climático.
Almacenamiento de CO2 bajo tierra
Volviendo a los dos proyectos que prepara el gobierno estadounidense, la organización sin fines de lucro Battelle (con sede en Columbus, Ohio) es el contratista principal del proyecto de Luisiana. En este proyecto, el CO2 “extraído” directamente del aire se transferirá a un almacenamiento subterráneo.
Extracto gráfico de una instalación construida por Carbon Engineering
Battelle se asociará con otra empresa estadounidense, Heirloom, y la empresa suiza Climeworks para llevar a cabo el proyecto. Climeworks también es el contratista principal del proyecto de construcción de las instalaciones de Orca en Islandia.
Además, el proyecto de Texas estará liderado por Occidental (EE.UU.) y otros socios, entre ellos Carbon Engineering (Canadá). La instalación podría modernizarse para eliminar hasta 30 millones de toneladas de CO2 al año.
"Las rocas del interior del suelo en Luisiana y Texas son sedimentarias, diferentes de los basaltos de Islandia, pero son perfectamente adecuadas para almacenar CO2 ", dijo la investigadora Helene Pilorge de la Universidad de Pensilvania, al comentar el nuevo esfuerzo del gobierno estadounidense.
Los dos proyectos crearán 4.800 puestos de trabajo para la población local, según el Departamento de Energía de Estados Unidos. La fecha de inicio de ambos proyectos aún se desconoce, pero la financiación de la construcción provendrá del presupuesto del gobierno federal de Estados Unidos.
La tecnología difiere de las técnicas de captura y almacenamiento de CO2 (CAC) en la fuente, como el ajuste de las chimeneas de las fábricas para evitar que las emisiones se liberen a la atmósfera.
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