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Por primera vez a nivel mundial, investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, han codificado una toxina producida por bacterias en moléculas de ARN mensajero (ARNm) y han entregado las moléculas a las células cancerosas (en la imagen).
Las células cancerosas luego producen las mismas toxinas (como las toxinas bacterianas), se envenenan y mueren en ese entorno.
El nuevo método desarrollado por los científicos se basa en la idea de enviar moléculas de ARNm codificadas con toxinas bacterianas directamente a las células cancerosas. El equipo codificó la información genética de la proteína toxina producida por la bacteria Pseudomonas en moléculas de ARNm.
Estas moléculas se encapsulan luego en nanopartículas lipídicas y se recubren con anticuerpos para garantizar que la toxina llegue a las células cancerosas. El equipo inyectó estas nanopartículas lipídicas en los tumores de ratones con melanoma. Los resultados mostraron que después de una inyección, entre el 44% y el 60% de las células cancerosas desaparecieron.
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