(GLO)-Bajo el impacto de una serie de desafíos superpuestos, la deuda gubernamental como proporción del PIB aumentó en más de 100 países en desarrollo. Para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, las Naciones Unidas llaman al mundo a encontrar soluciones multilaterales sólidas para abordar la crisis de deuda pública que enfrentan los países en desarrollo.
La deuda pública mundial aumentó en casi 305 mil millones de dólares en el primer trimestre. Ilustración: Shutterstock |
El South China Morning Post del 18 de mayo citó un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, EE.UU.) que muestra que la deuda global en el primer trimestre de este año aumentó a casi 305 billones de dólares, en el cual los mercados emergentes soportaron una deuda récord.
En el primer trimestre, la deuda global aumentó en 8,3 billones de dólares en comparación con el cierre de 2022, alcanzando los 304,9 billones de dólares. La deuda global es ahora 45 billones de dólares mayor que antes de la pandemia de Covid-19, y se espera que siga aumentando. La relación deuda/PIB alcanzó un récord del 360% en 2021 y luego se estabilizó en el 335%, un nivel más alto que antes de la pandemia.
Los expertos del IIF dijeron que el envejecimiento de la población y el aumento de los costos de la atención médica seguían presionando el gasto en los países, mientras que "las mayores tensiones geopolíticas también llevaron a nuevos aumentos en el gasto de defensa a mediano plazo".
Cabe destacar que el informe encontró que el 75% de los mercados emergentes experimentaron un aumento en la deuda denominada en dólares en el primer trimestre, y la cifra general superó los 100 billones de dólares por primera vez. Los niveles de deuda de 100,7 billones de dólares, o el 250% del PIB, aumentaron respecto de los 75 billones de dólares de 2019. Los datos muestran que China, México, Brasil, India y Turquía han experimentado los mayores aumentos.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, dijo que debido al impacto de la pandemia de Covid-19, el aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, la inflación y la crisis financiera, la deuda externa de los países pobres ha aumentado drásticamente en los últimos 10 años. En los últimos dos años, varios países se han declarado en quiebra, incluidos países africanos como Nigeria, Mali y Burkina Faso, que han perdido 20 años de desarrollo. Los impagos empujan a los países a una espiral de violencia política y malestar social, debido a la falta de servicios esenciales, condiciones de seguridad, atención sanitaria y educación básica.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) insta a los países a abordar la creciente brecha entre países ricos y pobres, cambiar el panorama multilateral y crear una estructura de deuda adecuada al contexto mundial actual. El PNUD advierte que sin medidas urgentes, muchos países enfrentarán la deuda y la quiebra, sin poder invertir en proyectos para combatir la pobreza, transformar la energía, reducir el cambio climático y, por ende, los objetivos de desarrollo sostenible del mundo serán difíciles de alcanzar.
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