Lo mejor del mundo infantil es que no tiene un modelo construido demasiado sólidamente, no tiene un estereotipo que coarte la imaginación. Si los adultos necesitan mucho tiempo para “romper el molde”, los niños sólo necesitan ser ellos mismos, despreocupados, inocentes, con una imaginación ilimitada, creando historias que sólo los niños pueden imaginar.
Los cuentos de hadas de Broca son un libro muy liberador. Publicado en 1967 y convertido en un fenómeno literario en toda Francia, el libro fue muy apreciado por lectores y críticos por su trama inesperada, su humor y su extraña narración. Este es un libro raro en el género de la literatura infantil, al aplicar elementos de cuentos de hadas en el corazón de una ciudad moderna.

Los cuentos de hadas de Broca se distinguen de otras obras del género gracias a su marcado sentido del humor francés. Atrás quedaron los días en que las lecciones significativas para los niños tenían que venir en historias solemnes, con castillos extraños y soldados que las custodiaban. El entorno de Broca es idílico, con personajes que parecen… nuestros vecinos. La comedia radica en el diálogo y en el modo en que se manejan las situaciones inesperadas.
En particular, la obra ya no sigue el modelo tradicional de relato gracias a la “contribución” de los niños al libro. Más concretamente, la trama fue coescrita por el autor Pierre Gripari y su "niño colaborador". Contado por niños, el libro tiene tramas que van más allá de la imaginación de los adultos. Todavía ambientada en Francia, basada en hechos históricos europeos, pero los niños tienen su propia forma única de contar historias cuyo final los adultos no pueden predecir, no siempre "vivieron felices para siempre" como suele verse en los cuentos de hadas.
Por poco convencionales que sean, los Cuentos de Broca siguen siendo una obra literaria ejemplar para niños porque cumple tres factores: atractivo, fácil de entender y educativo. Las lecciones del libro son muy específicas de la sociedad moderna: sobre la familia moderna, sobre el trabajo, el coraje, la compasión, la amistad, el amor... no son lecciones universales sobre moralidad como en los cuentos de hadas tradicionales. Gracias a ello, los cuentos estimulan a los niños a pensar, a conectar las lecciones con la vida real, así como a desarrollar su imaginación al observar acontecimientos cotidianos.
La traducción de los cuentos de hadas de Broca al vietnamita fue realizada por Nguyen Kan, un doctor en lingüística que ha vivido en Francia durante mucho tiempo y es un gran conocedor de la cultura francesa. Gracias a ello, la obra conserva la atmósfera y el estilo narrativo típicos de Francia. Además, con las características ilustraciones del artista Như Quỳnh y la disposición única de las palabras para expresar las traviesas conversaciones, Broca Street Fairy Tales lleva a los lectores a un mundo mágico de brujas, ángeles, pequeños demonios y objetos antiguos parlantes, pero en un estilo parisino muy elegante y muy moderno.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/nhung-cau-chuyen-co-pho-broca-truyen-co-tich-danh-cho-tre-em-cua-the-ky-21-post788524.html
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