A la medianoche del 5 de marzo (hora de Vietnam), los internautas se apresuraron a encontrarse en otras redes sociales, cuando Facebook dejó de funcionar durante una hora.
Lo que distingue a Facebook de los métodos de medios anteriores es su mayor interactividad y máxima apertura.
En mi opinión, la razón fundamental por la que los usuarios de las redes sociales se encontraron a medianoche del 5 de marzo, cuando Facebook estaba caído, es que la gente siempre necesita una forma de conexión y comunicación.
Recuerden que no hace mucho tiempo, hace más de una década, le ocurrió lo mismo a Yahoo. Cuando esta herramienta falla o deja de funcionar, la gente también tiene que buscar otros métodos. Y Facebook llegó en el momento justo.
Antes de que existieran las redes sociales o Internet, la gente se comunicaba a través de ubicaciones fuera de línea. Quizás esto sea algo diferente de ahora.
Por supuesto, cuanto más dependemos de ciertos medios, más problemas creamos. La gente aprovecha las ventajas de los vehículos para comunicarse y ganarse la vida, y los atascos de tráfico seguramente tendrán repercusiones negativas.
Sabiendo esto, ¿qué podemos hacer para prepararnos para el futuro?
Es seguro que será necesario crear algunas aplicaciones con funciones similares cuando todo un ecosistema de vida y consumo sea operado por bases de datos en línea.
Pero la siguiente pregunta es ¿cuánto dura el ciclo de vida de esas aplicaciones? ¿Y deberíamos dejarlo en manos de servidores en algún lugar del mundo?
La respuesta es restablecer un sistema de comunicación clásico: la comunicación cara a cara en la vida real. Intenté hacer una lista de tareas pendientes, dividida en dos columnas: en línea y fuera de línea.
Las categorías en línea están destinadas a ayudar en la búsqueda o resumen rápido de información. Y la columna offline siempre está llena de actividades físicas como comer, beber o simplemente dormir.
¿Cómo conectarse a Internet mientras duerme? Pero quizás me equivoque porque hay grupos llamados “Adictos al sueño” o “Asociación de insomnes” con bastantes miembros.
Principalmente lo básico sigue siendo la confianza en la comunicación.
A menudo decimos que Facebook es un lugar para expresar otra identidad humana y que toda comunicación es virtual.
Pero en realidad la gente puede comunicarse gracias a una cierta empatía. Ya sea que usemos Facebook o no, todos buscamos empatía en la vida.
Aquí es donde surge la pregunta: ¿por qué no buscar simplemente la empatía a través de la comunicación offline?
Esto tiene que ver con la calidad de nuestra vida espiritual. En el mundo real, el espacio mental e intelectual es quizás menos vibrante y rico que en línea, porque carecemos de las “bolsas de sabiduría” para enriquecer adecuadamente la información y los datos.
Esa bolsa de sabiduría en realidad trata sobre intercambiar, aprender y compartir. Debe reconocerse como una constante de la sociedad y la comunidad, independientemente del espacio mediático cambiante o del mal funcionamiento de las variables mediáticas.
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