Rusia y la Unión Europea (UE) han reaccionado de manera diferente después de que Armenia ratificara oficialmente su aceptación de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI).
Los legisladores armenios votan para ratificar la sumisión del país a la jurisdicción de la CPI. (Fuente: Euronews) |
El 3 de octubre, el Kremlin consideró que Armenia había actuado de una manera “diferente a la de su socio ruso” al ponerse bajo la jurisdicción de la CPI.
Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso, destacó que Moscú alguna vez consideró a Ereván un aliado, pero ahora “tendrá preguntas para el actual liderazgo de Armenia”.
Las relaciones entre Rusia y Armenia se han visto tensas por la inacción de Moscú mientras Azerbaiyán retomó Nagorno-Karabaj, una región controlada por armenios étnicos durante tres décadas, en una operación militar relámpago a fines de septiembre. La mayor parte de la minoría armenia de la zona ha sido desplazada.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, elogió la medida de Armenia.
Ese mismo día, el Parlamento armenio aprobó el estatuto que establece la CPI, colocándose así bajo la jurisdicción del tribunal con sede en La Haya (Países Bajos).
Esto significa que Armenia está obligada a arrestar al presidente ruso, Vladimir Putin, si pone un pie aquí. La CPI ha emitido una orden de arresto contra el líder ruso, pero el Kremlin la ha rechazado por considerarla carente de sentido.
En noticias relacionadas, durante su visita a Ereván el mismo día, la ministra de Asuntos Exteriores francesa, Catherine Colonna, dijo: "Francia acordó firmar un futuro contrato con Armenia, permitiendo la transferencia de equipo militar a Armenia para que el país pueda garantizar sus capacidades de defensa".
El diplomático también señaló que ninguno de los dos países busca una escalada en la región.
Francia tiene una gran comunidad armenia y tiene la tradición de ayudar a mediar en la disputa territorial que dura ya décadas entre Armenia y Azerbaiyán sobre la región de Nagorno-Karabaj.
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