El 25 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo una conversación "constructiva" con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, sobre un acuerdo para elevar el techo de la deuda.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, discuten un acuerdo para alcanzar el techo de la deuda el 22 de mayo, en la Casa Blanca. (Fuente: Reuters) |
En el último desarrollo, se dice que los negociadores republicanos han abandonado los planes de aumentar el presupuesto de defensa y recortar otros gastos no relacionados con la defensa, dijo una fuente. En cambio, el partido apoya los esfuerzos de la Casa Blanca para aumentar la financiación en ambas áreas de una manera más equilibrada.
Las dos partes continuaron negociando este asunto en la tarde del 25 de mayo (hora local).
En concreto, el acuerdo para elevar el techo de la deuda estadounidense a 31,4 billones de dólares estipula claramente el presupuesto que el gobierno puede gastar en otros programas como vivienda y educación. Las cifras objetivo de ambas partes actualmente difieren en 70 mil millones de dólares, y se espera que la cifra final llegue a 1 billón de dólares.
Hasta ahora, los dos partidos han estado profundamente divididos sobre cómo reducir el déficit presupuestario federal. Los demócratas dicen que las personas con altos ingresos y las empresas deberían pagar más impuestos, mientras que los republicanos quieren recortar el gasto.
Pero incluso si ambas partes llegan a un acuerdo, la propuesta aún necesita ser aprobada por el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos antes de ser promulgada por el presidente Biden. Por lo tanto, dependerá de un apoyo bipartidista consistente.
En ese contexto, no está claro si ambas partes pueden llegar a un acuerdo antes del 1 de junio. La administración de Joe Biden ha planteado la posibilidad de utilizar una disposición de la Enmienda 14 que permite al presidente elevar el techo de la deuda.
Por su parte, los expertos advierten que un default del gobierno estadounidense acarrearía graves consecuencias para el país en particular y para la economía global en general.
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