El humo de los incendios forestales en el este de Canadá ha viajado más de 4.800 kilómetros a través del Océano Atlántico hasta Noruega.
Niebla de humo proveniente de los incendios forestales en Canadá. Foto: Abdulkhaled Saad
A principios de esta semana, el smog cruzó la frontera canadiense hacia Estados Unidos, cubriendo ciudades de la costa este y dando a Nueva York la peor calidad del aire de todas las grandes ciudades del mundo. Durante la última semana, los vientos han transportado humo de los incendios forestales de Groenlandia e Islandia hasta Noruega, detectados por primera vez el 7 de junio. Sin embargo, la densidad del humo en Noruega es bastante baja, según científicos del Instituto de Investigación Climática y Ambiental (NILU) del país.
"Cuando el humo llegó a Europa, el recuento de partículas era mucho menor", dijo Nikolaos Evangeliou, científico senior de NILU. Esto significa que podemos ver el humo como una ligera neblina y percibir su olor. Sin embargo, el recuento de partículas es tan bajo que no representa un riesgo para la salud.
Según el modelo de predicción de NILU, basado en datos del Sistema de Pronóstico Global del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, es probable que el humo se desplace a través de Noruega y hacia el sur de Europa.
Más de 3,8 millones de hectáreas de tierra, aproximadamente una cuarta parte del tamaño de Nueva York, se han quemado en Canadá desde principios de año, dijo Bill Blair, el ministro federal de preparación para emergencias. Esa situación ha llevado a Canadá a su peor temporada de incendios forestales registrada.
"La distribución de los incendios en ambos lados de la costa este año es muy inusual", dijo Michael Norton, funcionario de Recursos Naturales de Canadá. “En esta época del año, los incendios suelen limitarse a un lado de la costa, principalmente la costa oeste”.
Si bien la contaminación provocada por los incendios forestales supone un riesgo mínimo para la salud de los europeos, los altos niveles de partículas finas en el humo de las ciudades de la costa este de Estados Unidos pueden provocar problemas respiratorios, como tos y dificultad para respirar. Las autoridades sanitarias de Nueva York y Washington DC aconsejaron a los habitantes de las ciudades afectadas que limiten las actividades al aire libre hasta que el humo se haya disipado a niveles seguros.
An Khang (según Live Science )
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