El 6 de noviembre, en declaraciones a los periodistas, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, afirmó que la desinformación y el odio en línea, alimentados y amplificados por las redes sociales, plantean “un riesgo importante para la cohesión social, la paz y la estabilidad”. Por lo tanto, es necesario establecer regulaciones que protejan el acceso a la información, protegiendo al mismo tiempo la libertad de expresión y los derechos humanos.
Una encuesta encargada por la UNESCO en 16 países que celebrarán elecciones el año próximo (con un total de 2.500 millones de votantes) muestra cuán urgente se ha vuelto la necesidad de una regulación efectiva. 8.000 personas de países como Austria, Croacia, Estados Unidos, Argelia, México, Ghana e India descubrieron que el 56% de los usuarios de Internet obtiene sus noticias principalmente de las redes sociales, una cifra muy superior a la de la televisión (44%) o los sitios web de medios de comunicación (29%).
Las redes sociales son la mayor fuente de noticias en casi todos los países, a pesar de que la confianza en la información que brindan es significativamente menor que la de los medios tradicionales: 50% en comparación con el 66% de la televisión, el 63% de la radio y el 57% de las aplicaciones y sitios web de medios.
En los 16 países, el 68% de los encuestados estuvo de acuerdo en que las redes sociales son la fuente más extendida de noticias falsas, seguidas de las aplicaciones de mensajería (38%). La desinformación se considera una amenaza particular y el 85% expresa preocupación por su impacto. El 87% cree que tiene un impacto importante en la política nacional y jugará un papel en las elecciones de 2024.
El discurso de odio también está muy extendido: el 67% lo ha presenciado en línea. El 88% de los encuestados quiere que los gobiernos y los reguladores aborden ambas cuestiones y el 90% quiere que las plataformas tomen medidas.
Mathieu Gallard, director de Ipsos, la unidad encargada por la UNESCO de realizar la encuesta, comentó que todos están muy preocupados por la información falsa, independientemente de dónde vivan, su edad, su educación, si son rurales o urbanos. Están especialmente preocupados durante el período electoral y quieren que todos los partidos involucrados aborden el tema.
La UNESCO ha publicado un plan para combatir la desinformación basado en siete principios clave, fruto de un proceso consultivo “sin precedentes” dentro del sistema de la ONU que reunió más de 10.000 contribuciones de 134 países durante 18 meses.
Según la UNESCO, es necesario establecer en todas partes organismos reguladores públicos independientes y dotados de recursos suficientes que trabajen juntos como parte de una red más amplia para evitar que las entidades digitales exploten las diferencias jurídicas entre países.
Las plataformas deben moderar eficazmente el contenido a gran escala, en todas las regiones e idiomas, “con responsabilidad y transparencia respecto de los algoritmos que maximizan la interactividad a expensas de la información confiable”.
Las autoridades y las plataformas deben tomar medidas más contundentes –incluidas evaluaciones de riesgos, informes de contenidos y mayor transparencia en torno a la publicidad política– durante las elecciones y en tiempos de crisis, como conflictos armados y desastres.
(Según The Guardian)
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