El 17 de abril, Australia publicó los detalles de su primera Estrategia de Defensa Nacional, que establece un enfoque fundamentalmente nuevo para defender el país.
Australia se centra en tener la Armada más capaz de su historia durante la próxima década. |
La información sobre la Estrategia de Defensa Nacional publicada en el sitio web oficial del Ministro de Defensa de Australia establece que, en lugar de centrarse en mantener una fuerza militar multimisión en casi todas partes del mundo, Canberra convertirá la Fuerza de Defensa Australiana (ADF) en un ejército centralizado e integrado para abordar los riesgos estratégicos más importantes de Australia.
El documento de 80 páginas dice que la ADF podrá defender la patria y su región inmediata, disuadir los intentos de cualquier adversario potencial de proyectar poder contra Canberra y proteger la conectividad económica de Australia con la región y el mundo.
Además, la ADF contribuirá con sus socios a la seguridad común de la región del Indo-Pacífico y a mantener el orden global basado en reglas.
En su discurso durante el lanzamiento de la Estrategia, el Ministro de Defensa australiano, Richard Marles, afirmó: "El Gobierno está realizando una inversión histórica en Defensa y ha tomado decisiones difíciles para reformular la ADF para hacer frente a la situación estratégica y mantener seguros a los australianos".
Poseer la Armada más capaz de la historia será fundamental para la planificación y la estrategia de defensa, dijo.
Australia se centrará en los planes para desarrollar una flota de submarinos furtivos de propulsión nuclear, triplicar sus capacidades de misiles clave y desarrollar una gran flota de combate de superficie.
Para lograrlo, el país aumentará el gasto de defensa en 50.300 millones de dólares australianos (32.000 millones de dólares) durante la próxima década y cambiará sus programas de armas para centrarse en misiles, drones y buques de guerra.
En concreto, la mayor parte del nuevo gasto, parte de un presupuesto de 330.000 millones de dólares a lo largo de décadas, sólo se desembolsará en los próximos cinco años y acabará llevando el gasto de defensa al 2,4% del PIB en 2034, desde poco más del 2% actual.
Más del 40 por ciento, o 145 mil millones de dólares, están destinados a la marina, incluida una flota de superficie reforzada, el programa de submarinos de propulsión nuclear AUKUS y otras prioridades como el avión no tripulado submarino Ghost Shark.
Unos 74.000 millones de dólares se destinarán a programas relacionados con misiles. Habrá nuevos misiles de largo alcance para la Fuerza Aérea y el Ejército, programas de defensa contra misiles y producción nacional de armas guiadas.
Las bases militares en el norte de Australia, donde los marines estadounidenses pasan meses entrenándose y ejercitándose cada año, recibirán hasta 18.000 millones de dólares australianos para mejoras.
En cuanto a la cooperación internacional, la Estrategia de Defensa Nacional establece que la alianza entre Canberra y Washington sigue siendo la base de la seguridad de la nación insular, y que el gobierno del Primer Ministro Anthony Albanese está comprometido a fortalecer y ampliar la cooperación en materia de defensa con Estados Unidos y el Reino Unido en virtud del tratado de seguridad trilateral AUKUS.
Además, Australia se centrará en fortalecer las relaciones de defensa en el Sudeste Asiático y el Pacífico, así como en la región del Océano Índico y el norte de Asia.
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