El libro de 204 páginas, traducido por Nguyen Thi Minh, analiza la obra clásica Antígona de Sófocles, la obra más mencionada en la historia de la filosofía y la teoría política occidentales.
John Seery, un teórico político estadounidense, comentó que el libro es "uno de los trabajos de investigación más importantes de los últimos 50 años" y no sólo eso, "una lectura de este tipo de un texto clásico aparece sólo una vez cada 2.500 años aproximadamente".
Portada del libro "La reivindicación de Antígona" (Foto: Editorial de Mujeres Vietnamitas).
Durante mucho tiempo, el personaje de Sófocles, Antígona, ha sido considerado a menudo una imagen femenina, que representa la familia y el parentesco, vista desde la perspectiva de Creonte, un personaje que representa la masculinidad.
Sin embargo, Judith Butler replantea esta cuestión y ofrece una lectura en la que la protagonista es Antígona con sus propias reivindicaciones.
En primer lugar, la representatividad de la propia Antígona: es un personaje ficticio, difícil de utilizar como modelo sin caer en la irrealidad.
En segundo lugar, Antígona no es precisamente una representante del feminismo, porque ella misma está implicada en el poder contra el cual el feminismo lucha.
La propia Antígona no es un modelo femenino puro: no actúa ni habla como una mujer, no se casa ni tiene hijos.
A Antígona también le resulta difícil representar a su familia, debido a los problemas y desviaciones de la familia a la que está ligada.
El autor utiliza las opiniones de Hegel y Lacan -cuyas lecturas de Antígona han sido las más influyentes hasta la fecha- para contrarrestarlas, y al mismo tiempo intenta responder a la pregunta: "¿Qué pasaría si el psicoanálisis tomara Antígona, en lugar de Edipo, como punto de partida?".
La reivindicación de Antígona es el intento de Butler de demostrar que Antígona es un personaje capaz de abrir posibilidades, haciéndonos repensar y expandiendo de alguna manera los límites de normas aparentemente naturales e inmutables, tanto en la historia como en la vida.
Judith Butler, de 67 años, es una influyente filósofa e investigadora de género que aboga por una vida que valga la pena vivir para todas las personas (especialmente las mujeres, las personas no conformes con su género y las minorías sexuales).
Enseña en el Departamento de Literatura Comparada y en el programa de Teoría Crítica de la Universidad de California, Berkeley.
Su frase es frecuentemente citada y ampliamente apoyada: "La vida vale más la pena vivirla cuando no estamos prisioneros de categorías que no nos convienen, categorías que se imponen y nos quitan la libertad".
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