El cloro es un compuesto que se añade comúnmente a las piscinas para tratar el agua, matar bacterias y agentes dañinos. Para algunas personas, el cloro de las piscinas puede provocar irritación en la piel y los ojos. Para quienes se tiñen el cabello de rubio, en algunos casos, el color del cabello puede volverse ligeramente azul, según el Huffington Post (EE.UU.).
Los expertos recomiendan que si la piscina tiene un olor fuerte es mejor no nadar.
Sin embargo, esto es inevitable porque las piscinas deben desinfectarse con cloro. Además, el olor que percibes en tu piscina no es causado en realidad por el cloro del agua. De hecho, el cloro no suele producir un olor tan fuerte.
La causa del fuerte olor de la piscina es la cloramina. Esta sustancia se crea cuando el cloro reacciona con el sudor, los aceites corporales naturales y la orina en la piscina. En otras palabras, cuanto más huele la piscina, más suciedad hay en ella.
Por ejemplo, en la orina, el componente principal de la misma es el amoníaco. La fórmula química del amoníaco es NH3 y, por supuesto, contiene moléculas de hidrógeno. El cloro del agua de la piscina reaccionará con el hidrógeno del amoníaco. La cantidad de iones que reaccionan con el hidrógeno determina qué sustancia se produce.
Si hay 1 ion, creará monocloramina, 2 iones crearán dicloramina y 3 iones crearán tricloramina. Según el Consejo Americano de Química, a veces se añade monocloramina a las piscinas como desinfectante, mientras que la dicloramina y la tricloramina se producen enteramente por la interacción del cloro con el amoníaco en la orina.
Si entras a una piscina y percibes un olor fuerte, es hora de agregar más cloro para desinfectarla. La mejor opción ahora es dar marcha atrás y regresar en otro momento.
El Consejo de Calidad del Agua y Salud recomienda que las personas eviten nadar cuando haya un olor fuerte, especialmente si emana de la piscina, tanto en interiores como en exteriores. Cuanto más orina haya en la piscina, mayor interacción habrá entre el cloro y el amoniaco y más fuerte será el olor.
No sólo eso, cuando una gran cantidad de cloro en la piscina interactúa con el amoníaco, la capacidad de matar las bacterias en el agua disminuirá, aumentando así el riesgo de diarrea, infecciones de oído y algunas otras infecciones de la piel, según el Huffington Post.
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