Ante la tendencia mundial a la modernización de la defensa, los países están realizando esfuerzos para integrar la inteligencia artificial (IA) en las armas tradicionales para obtener ventaja en el campo de batalla.
Los drones estadounidenses Reapers, que disponen de radares de largo alcance y pueden proporcionar a los puestos de mando parámetros marítimos desde grandes distancias. (Fuente: Fuerza Aérea de Estados Unidos) |
Los principales estrategas militares dicen que la inteligencia artificial (IA) revolucionará la guerra moderna. Porque los tecnólogos pueden integrarlos en armas tradicionales, como barcos y aviones de combate, para aumentar la potencia de fuego y cambiar la forma en que se lleva a cabo el combate.
Por ello, muchos países con potencial económico están dispuestos a gastar dinero en inversiones e investigaciones para producir productos con capacidades de combate óptimas y ayudar al ejército a obtener grandes ventajas en el campo de batalla.
¿Cuáles son entonces las ventajas de integrar la tecnología militar en las armas tradicionales y cómo compiten los países de todo el mundo?
Ventajas de las armas equipadas con IA
En primer lugar, gracias a su rápida velocidad de procesamiento de datos, la IA puede recopilar y enviar información desde satélites y radares a los comandantes militares, ayudándolos así a comprender los acontecimientos en el campo de batalla y tomar mejores decisiones. Por ejemplo, con la capacidad de monitorear y analizar imágenes, la IA ayudará a los drones a apuntar con precisión a objetivos enemigos importantes, como comandantes de alto nivel o bases militares clave.
Además, las armas tradicionales integradas con tecnología, especialmente los drones equipados con IA, también tienen otras tres ventajas importantes. Una de ellas es que la IA sustituirá al control humano, por lo que las aeronaves autónomas en el campo de batalla reducirán las bajas de soldados.
En segundo lugar, pueden realizar operaciones que el cuerpo humano no puede soportar, como por ejemplo el aumento de la presión del aire a medida que el avión asciende puede provocar que el piloto pierda el conocimiento. Por lo tanto, los drones no necesitan instalar equipos de suministro de oxígeno.
En tercer lugar, mientras que los aviones de combate tripulados cuestan decenas de millones de dólares, los aviones de combate autónomos cuestan sólo unos pocos millones de dólares. Con ese precio, los militares se ahorrarán una gran cantidad de dinero.
La IA en la guerra moderna
El conflicto entre Rusia y Ucrania es una clara demostración del impacto de la tecnología militar en el curso de la batalla. En un informe de mayo de los Proyectos Especiales para la Investigación Competitiva, las fuerzas de Kiev y Moscú están integrando armas convencionales con inteligencia artificial, imágenes satelitales y municiones inteligentes. Gracias a la aplicación de la tecnología, ambos bandos han mejorado significativamente la letalidad de la artillería y los misiles.
Además, en el campo de batalla se produce una transferencia de trabajo entre humanos y robots. Como los helicópteros de reconocimiento tripulados son vulnerables a los ataques, los comandantes de ambos países están transfiriendo gradualmente esa función a aviones autónomos.
Al hablar en la Conferencia de Tecnología Militar en Washington el 28 de agosto, la subsecretaria de Defensa de Estados Unidos, Kathleen Hicks, señaló que los combates en Ucrania demuestran que los productos tecnológicos comerciales pueden desempeñar un papel decisivo en la guerra moderna.
Confrontación tecnológica militar entre Estados Unidos y China
El FH-97A es un logro importante de la industria de vehículos aéreos no tripulados (UAV) de China. Con funciones de control de IA, estos UAV de nueva generación aumentarán enormemente el poder de defensa. (Fuente: Reuters) |
Reconociendo las ventajas de la tecnología en la estrategia militar, Estados Unidos y China están compitiendo para maximizar las capacidades de combate de la IA y equilibrar el poder con sus oponentes.
Desde 2010, Beijing ha aumentado drásticamente el gasto en investigación en tecnología militar, incluida la inteligencia artificial y el aprendizaje automático. Según la firma china de investigación industrial y tecnológica Datena, en 2011 Pekín gastó unos 3,1 millones de dólares y 8,5 millones de dólares en investigación sobre inteligencia artificial y aprendizaje automático, respectivamente. En 2019, China siguió invirtiendo 86 millones de dólares en inteligencia artificial y unos 55 millones de dólares en aprendizaje automático.
En el Salón Aeronáutico de Zhuhai de noviembre de 2022, Beijing presentó el avión autónomo FH-97A, que funciona como un caza a reacción y opera junto con cazas tripulados para proporcionar inteligencia y complementar la potencia de fuego del ejército.
La Casa Blanca ha tenido ciertas reacciones ante el notable desarrollo de la tecnología militar china. El 28 de agosto, la subsecretaria de Defensa de Estados Unidos, Kathleen Hicks, dijo que Washington desplegará miles de sistemas autónomos en los próximos dos años para compensar la ventaja de China en número de armas y personas.
Anteriormente, hablando en una conferencia en Colorado en marzo, el secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Frank Kendall, dijo que Washington estaba planeando construir una flota de 1.000 aviones de combate no tripulados. En agosto, la administración Biden firmó una orden ejecutiva que prohíbe ciertas nuevas inversiones estadounidenses en China en tecnología sensible relacionada con el ámbito militar.
Así, las armas tradicionales integradas con la tecnología moderna aportan muchas ventajas a las fuerzas de combate, incluida la capacidad de procesar datos, analizar imágenes, minimizar las bajas y proteger a los soldados, además de ahorrar dinero.
Por lo tanto, muchos países del mundo están modernizando activamente su equipamiento para aumentar la potencia de fuego y equilibrar el poder con sus oponentes.
El enfrentamiento entre soldados de Moscú y Kiev en el campo de batalla de Ucrania es un caso típico en el que ambos bandos utilizan inteligencia artificial y balas inteligentes para contenerse mutuamente.
Sin quedarse al margen de esta tendencia, Estados Unidos y China también están haciendo esfuerzos para integrar la tecnología en el aparato de defensa, especialmente aplicando IA a sistemas autónomos y drones. Preocupado por el creciente gasto de China en tecnología militar, Estados Unidos planea construir una gran flota de aviones autónomos para hacer frente a la actual situación competitiva.
Fuente
Kommentar (0)