Investigadores de la Universidad Israel Bar-Ilan han logrado desarrollar con éxito testículos artificiales en un laboratorio, lo que podría reducir la infertilidad masculina.
Resultados de investigación publicados en la Revista Internacional de Ciencias Biológicas. Los testículos se crearon utilizando células extraídas de testículos de ratón, que se asemejan a la estructura y función de los testículos naturales.
Los científicos podrían utilizar testículos artificiales para aprender más sobre las causas de la infertilidad, según el Dr. Nitzan Gonen, quien dirigió el estudio. Además, podría ser posible desarrollar testículos similares a los humanos a partir de células madre humanas, lo que ayudaría a tratar la infertilidad y los trastornos del desarrollo sexual.
Los hospitales ahora pueden identificar algunos de los problemas que causan la infertilidad masculina, como recuentos bajos de espermatozoides o anomalías estructurales, dice el Dr. Gonen. Sin embargo, los científicos no comprenden completamente qué causa esto, qué mutaciones genéticas lo provocan o qué ocurrió durante el proceso reproductivo antes. A partir de la nueva investigación, los expertos podrán aprender más sobre los testículos utilizando el sistema modelo que los científicos han producido.
Estructuras tubulares en los testículos se formaron en 14 días en una placa de laboratorio. Foto: SWNS
Los testículos producen alrededor de 1.500 espermatozoides por segundo, unos 90.000 espermatozoides por minuto, 5,4 millones por hora y 130 millones de espermatozoides por día. Los testículos producen continuamente espermatozoides a través de un proceso llamado espermatogénesis.
Además, los testículos también participan en la producción de testosterona, una hormona importante en el desarrollo y maduración de los hombres, ayudando a crear músculo, hacer la voz más grave y hacer crecer el vello corporal. Cada persona tendrá un conteo de espermatozoides diferente. Una eyaculación promedio contiene entre 40 y 130 millones de espermatozoides.
El equipo de investigación continúa ahora investigando si los testículos artificiales pueden realmente producir espermatozoides y hormonas sexuales como la testosterona. Esta premisa se basa en el hecho de que los testículos de los ratones cultivados en laboratorio funcionan bien durante nueve semanas. En teoría, este tiempo es suficiente para la producción de esperma y la secreción de hormonas, lo que suele tardar unos 34,5 días.
Thuc Linh (según el NY Post )
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