Las células cancerosas pueden evadir la detección del sistema inmunológico o inactivar las células inmunes que las atacan.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, las células normales se vuelven cancerosas cuando una serie de mutaciones hacen que las células continúen creciendo y dividiéndose sin control. Las células normales permanecen donde comenzaron, mientras que las células cancerosas tienen la capacidad de invadir tejidos cercanos y propagarse a áreas distantes del cuerpo.
Estos cambios pueden ser genéticos o causados por factores de riesgo externos como el tabaquismo, la exposición a los rayos ultravioleta o a sustancias químicas. Las mutaciones también pueden ser completamente aleatorias. Una célula cancerosa puede tener miles de mutaciones, pero solo una cierta cantidad de estos cambios genéticos en la célula hacen que el cáncer se divida y crezca.
El proceso por el cual las células normales se vuelven cancerosas generalmente pasa por etapas de hiperplasia (expansión) y displasia (crecimiento anormal). Al principio, una célula cancerosa puede parecer una célula normal, pero a medida que progresa se vuelve cada vez más anormal.
El sistema inmunológico no reconoce ni elimina las células cancerosas, como las bacterias y los virus, porque las células malignas evolucionan para evitar ser detectadas. Las células inmunes son responsables de encontrar células anormales y eliminarlas mediante otras células del sistema inmunológico del cuerpo. Sin embargo, las células cancerosas se mantienen vivas “evadiendo” la detección (se camuflan de diversas maneras) o inactivando las células inmunes que las atacan.
Células cancerosas. Ilustración: Freepik
La capacidad del sistema inmunológico para reconocer y eliminar las células cancerosas es rara, pero si ocurre, el paciente puede curarse. Este proceso se estudia y se aplica en un método de tratamiento del cáncer llamado inmunoterapia, que estimula el sistema inmunológico del paciente para combatir las células cancerosas.
Una vez que se forma el cáncer, las células ya no están intactas y pueden ocurrir más mutaciones. Es por esto que se desarrolla resistencia a la quimioterapia y a los medicamentos dirigidos. Las células cancerosas mutan lo que les permite cambiar, evadiendo los efectos de estos tratamientos.
Las células cancerosas en diferentes partes de un tumor pueden ser diferentes, lo que se denomina heterogeneidad y juega un papel importante en el diagnóstico y el tratamiento.
Las células precancerosas tienen un aspecto anormal y se parecen a las células cancerosas, pero son distintas de ellas. Las células precancerosas no tienen la capacidad de propagarse (hacer metástasis) a otras áreas del cuerpo.
Las personas con genes heredados de cáncer no necesariamente padecen cáncer. Sin embargo, si ya existen algunas mutaciones, la célula sólo necesita unos pocos cambios e influencias ambientales para volverse cancerosa.
Mai Cat (según Very Well Health )
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