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El pequeño volcán Taal, cerca de la capital filipina, Manila, arrojó gas de dióxido de azufre ( SO2 ) y cenizas el 22 de septiembre, obligando a las autoridades a cerrar escuelas en cinco ciudades y docenas de pueblos, y a pedir a la gente que permaneciera en sus casas.
El volcán Taal en un lago en la provincia de Batangas arroja cenizas a cientos de metros hacia el cielo, el 26 de marzo de 2022 (foto proporcionada por el Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología). Foto: AFP/VNA |
Las autoridades han recibido informes de enfermedades respiratorias en la provincia de Batangas debido al envenenamiento por cenizas volcánicas. Ese mismo día, la Autoridad de Aviación Civil de Filipinas pidió a los pilotos que evitaran volar cerca de la cima del volcán Taal porque las cenizas y los escombros en suspensión debido a explosiones repentinas podrían representar un peligro para las aeronaves.
Ubicado en un hermoso lago en la provincia de Batangas, cerca de Manila, Taal tiene 311 metros de altura y es uno de los 24 volcanes más activos de Filipinas. En enero de 2020, el volcán entró en erupción arrojando una columna de ceniza y vapor de hasta 15 km de altura, lo que obligó a evacuar a más de 100.000 personas y a cancelar decenas de vuelos debido a la espesa ceniza que cayó hasta Manila.
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