(NLDO) - Especímenes que hacen fruncir el ceño a la mayoría de la gente explican por qué la Tierra se convirtió en un "planeta monstruo" durante tres períodos geológicos.
Durante la "era de las bestias" de la Tierra (que abarca los tres períodos geológicos del Triásico, Jurásico y Cretácico), los dinosaurios, así como los pterosaurios en el cielo y los mosasaurios e ictiosaurios en el agua, experimentaron una asombrosa evolución en tamaño y diversidad.
Se cree que aparecieron por primera vez a mediados del período Triásico, eran pequeños, del tamaño de un lagarto o un poco más grandes, y compartían su hábitat con muchas otras especies antiguas.
Durante los siguientes períodos Jurásico y Cretácico, mientras muchas otras clases de animales fueron reemplazadas continuamente en eventos de extinción, estos reptiles persistieron, volviéndose cada vez más numerosos y más grandes.
Al final del período Cretácico, teníamos un planeta lleno de monstruos gigantes, con titanosaurios que pesaban decenas de toneladas, pterosaurios con envergaduras de más de 10 metros...
El poder detrás de esa increíble expansión acaba de ser revelado a través del tipo de fósil que te hará estremecer: vómito y caca de dinosaurio.
Esqueleto gigante de un titanosaurio - Foto: MUSEO AMERICANO DE HISTORIA NATURAL
Investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) buscaron fósiles de este tipo en más de 500 yacimientos de la Cuenca Polaca, que contienen restos de animales desde el Triásico hasta el Jurásico.
El vómito y las heces fosilizadas de dinosaurios, llamados regurgitalita y coprolito, en realidad pueden proporcionar una gran cantidad de información, según el biólogo evolutivo Martin Qvarnström, coautor.
Esta información incluye la dieta, el comportamiento alimentario, la fisiología e incluso los parásitos que vivían en los estómagos de las criaturas antiguas.
Los científicos han encontrado de todo: desde pequeños escarabajos hasta peces, huesos, dientes y restos de plantas medio intactos.
Incluso encontraron un fragmento del cráneo de un anfibio temnospóndilo.
"Nadie podría haber imaginado que unos temnopsondilos tan grandes atraerían a los depredadores. Es muy fácil romper dientes en un cráneo tan grande", afirma el Dr. Qvarnström.
Otro trozo de vómito contenía los huesos de un pequeño cocodrilo.
Todo lo cual sugiere que estas antiguas bestias eran más omnívoras que cualquier criatura de la Tierra moderna.
La historia evolutiva ha demostrado una cosa claramente: cuanto menos exigente sea una especie, mayores serán sus posibilidades de supervivencia.
Para los linajes de reptiles prehistóricos, esto les dio la oportunidad de prosperar, incluso durante períodos de cambio climático extremo que llevaron a otras especies a la extinción.
Como podían comer de todo, siempre estaban saciados y al mismo tiempo tenían la oportunidad de seguir creciendo cada vez más, expandiéndose aún más en tierras hasta entonces estériles.
Desafortunadamente para ellos (pero quizás afortunadamente para nosotros), las bestias que crecieron tanto en el período Cretácico finalmente sucumbieron a una serie de eventos catastróficos desencadenados por el impacto del asteroide Chicxulub hace 66 millones de años.
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Fuente: https://nld.com.vn/mau-vat-dang-so-tiet-lo-nguon-goc-hanh-tinh-quai-thu-19624112910200781.htm
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