La economía europea se está quedando cada vez más atrás de la estadounidense. Desde la crisis financiera de 2008, la eurozona ha estado creciendo más lentamente que la mayor economía del mundo, Estados Unidos, y esta brecha se ha ampliado por acontecimientos globales como el Covid-19, luego el conflicto entre Rusia y Ucrania, y más recientemente los enfrentamientos en Oriente Medio, que han afectado negativamente a los precios de la energía.
Desde principios de 2023, Europa sigue enfrentándose a las pruebas más difíciles, las consecuencias del conflicto Rusia-Ucrania que no ha terminado, la tasa de inflación ha disminuido pero no como se esperaba, el comercio internacional se ha reanudado, pero la cadena de suministro está interrumpida, lo que continúa poniendo a la Eurozona bajo presión de recesión económica, lo que genera mayores riesgos de inestabilidad política y social. Según la previsión actualizada del FMI, la economía de la eurozona crecerá sólo un 0,7% en 2023 y un 1,2% en 2024, 0,2 y 0,3 puntos porcentuales menos, respectivamente, que la previsión anterior de la institución.
Sin embargo, en medio del panorama gris, la economía de datos en el “viejo” continente ha demostrado su papel como un “punto brillante”, un modelo a seguir para otros países.
El impulso positivo del mercado de datos y de las empresas de datos en la UE se refleja en el continuo y sólido crecimiento de la economía de datos, lo que demuestra el valor de los impactos directos e indirectos del mercado de datos en la economía en general. Se prevé que la economía de datos europea alcance los 496.000 millones de euros en 2022, un aumento interanual del 8,9%, un logro notable teniendo en cuenta el contexto macroeconómico negativo. La participación de la economía de datos en el PIB de la UE alcanzó el 3,9%, en comparación con el 3,7% del año pasado.
"Inteligencia" de datos digitales
Obligadas a lidiar con múltiples tensiones económicas y geopolíticas, las empresas europeas se están centrando estratégicamente en la transformación digital, persiguiendo objetivos de resiliencia y crecimiento de los ingresos.
El período pospandémico ha visto a las organizaciones reconocer la importancia de los modelos de negocios digitales como un facilitador clave, junto con una comprensión clara del papel relevante de la "inteligencia de datos": no solo el uso de activos de datos, sino también la capacidad de gestionar y aprovechar eficazmente los datos internos y externos para fines estratégicos.
“Hoy en día, muchas empresas disponen de enormes cantidades de datos, pero sólo unas pocas pueden aprovechar plenamente este potencial”, afirmó Mario Grotz, director general del Departamento de Investigación Industrial y Nuevas Tecnologías del Ministerio de Economía de Luxemburgo. La pequeña nación insular europea ve las crisis como una oportunidad para innovar y fortalecer su compromiso de convertirse en una economía de datos sostenible líder.
En 2022, la economía de datos de los 27 estados miembros de la UE (UE27) registró un crecimiento impresionante, con un valor de casi 500 mil millones de dólares, un 8,9% más que el año anterior, lo que representa el 3,9% de la cuota de mercado del PIB, frente al 3,7% en 2021.
También el año pasado, el valor del mercado de datos de la UE-27 —donde se intercambian datos digitales como «productos» o «servicios»— alcanzó los 72 900 millones de euros, con un crecimiento del 12,6 %, el doble que en 2021, cuando alcanzó los 73 000 millones de euros. Las transacciones de datos rentables, como la compraventa de activos de datos entre organizaciones, representaron el 26 % del valor total del mercado de datos en 2022, equivalente a 19 000 millones de euros para la UE-27, y se prevé que alcancen una cuota de mercado del 30 % para 2030.
Mercado común de datos
Los datos están en el corazón de la transformación digital. Por lo tanto, los datos son la base más fundamental e importante para el crecimiento económico a largo plazo en Europa. El mercado único de datos diseñado por la UE permitirá que las empresas (especialmente las PYME) de toda la UE se beneficien de datos a los que de otro modo les resultaría difícil o imposible acceder.
«Las empresas europeas utilizarán los datos europeos para crear valor en Europa», resumió el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, el concepto del mercado único de datos en una reunión en Berlín en 2020.
Ese mismo año, la Comisión Europea (CE) debatió la creación de un “espacio europeo de datos”. «Este es nuestro objetivo: dar forma al futuro digital», afirmó entonces Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. A medida que la transformación digital se vuelve algo común, el número de empresas de datos europeas también crece a la par del mercado de datos. El número de proveedores de datos europeos (organizaciones cuya actividad principal es la producción y el suministro de productos, servicios y tecnologías relacionados con datos digitales) aumentó a 216.000 en 2022, un 13,3% más que el año anterior, lo que representa el 2% del número total de empresas del sector de las TIC y los servicios profesionales en comparación con el 1,8% en 2021. Los ingresos de los proveedores de datos aumentaron a 84.000 millones de euros en 2022, desde 75.000 millones de euros en 2021.
Alemania sigue siendo el principal mercado de datos con una participación del 29%, seguida de Francia con el 17%. Cinco estados miembros (Alemania, Francia, Italia, Países Bajos y España) representan más del 68% del mercado de datos de la UE27, lo que demuestra que el comercio de datos está correlacionado positivamente con economías avanzadas y diferenciadas con un buen crecimiento.
La vicepresidenta de la CE, Vestager, afirmó que en una economía digital abierta, las asociaciones ayudan a la UE a acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías, para que puedan convertirse en soluciones globales. La asociación también crea un espacio abierto donde la UE puede promover los estándares digitales europeos, así como beneficios para todo el bloque.
Maximilian Karl Emil Weber, uno de los teóricos más importantes sobre el desarrollo de la sociedad occidental moderna a principios del siglo XX, señaló que muchos fenómenos sociales, como la ciencia, el periodismo, la armonía musical, la arquitectura, los modelos universitarios, etc., tuvieron su origen en otras tierras, pero sólo en Europa se convirtieron en modelos universales para la siguiente etapa del desarrollo mundial. La economía de datos también puede ser un fenómeno de este tipo.
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