El Observatorio de Atacama de la Universidad de Tokio está situado a una altitud de 5.640 m.
Durante siglos, los astrónomos se han esforzado por ampliar los límites de los observatorios para ampliar la visión de la humanidad sobre el universo.
Luego de que la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) pusiera en funcionamiento el Telescopio Espacial James Webb a una posición de aproximadamente 1,6 millones de kilómetros sobre la Tierra, ahora es el turno de Japón de poner en funcionamiento oficialmente el Observatorio de Atacama de la Universidad de Tokio en la cima del Cerro Chajnantor en los Andes de Chile.
Construido a una altitud de 5.640 m sobre el nivel del mar, el Observatorio de Atacama de la Universidad de Tokio es actualmente el observatorio más alto del mundo, superando al Observatorio ALMA también en Chile pero con una altitud de 5.050 m.
La idea de construir el Observatorio de Atacama de la Universidad de Tokio comenzó hace 26 años, pero el proceso de construcción enfrentó muchos obstáculos, no sólo técnicos sino también políticos.
La imagen (izquierda) muestra un denso cúmulo de estrellas cerca del centro de la Vía Láctea, a unos 26.000 años luz de la Tierra, y un cúmulo masivo de estrellas jóvenes a menos de 100 años luz del núcleo de la Vía Láctea (derecha).
El profesor Yuzuru Yoshii de la Universidad de Tokio, quien ha dirigido el proyecto desde 1998, dijo que su equipo estaba comprometido a garantizar los derechos de los pueblos indígenas de la zona, obtener permiso del gobierno chileno para que el proyecto comenzara, contactar universidades locales para obtener cooperación técnica e incluso trabajar con el Ministerio de Salud de Chile para garantizar que el personal pudiera trabajar de forma segura en el observatorio.
El telescopio de 6,5 metros del observatorio incluye dos instrumentos científicos diseñados para observar el universo en luz infrarroja. Uno de los instrumentos es SWIMS, cuyo objetivo es obtener imágenes de galaxias en el universo temprano para aprender cómo las galaxias acumularon polvo y gas en sus inicios.
El segundo instrumento es MIMIZUKU, cuya misión es estudiar los halos de polvo primordiales que se forman dentro de las estrellas y galaxias.
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