Muchos padres alimentan a sus hijos mucho por la noche o los alimentan tarde después de las 8 p.m. con la esperanza de que sus hijos no tengan hambre y duerman toda la noche. Sin embargo, los médicos no lo recomiendan.
Los expertos recomiendan destetar a los bebés a partir de los 6 meses de edad y según sus necesidades - Ilustración: NAM TRAN
La profesora asociada, Dra. Pham Thi Bich Dao, profesora titular del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad Médica de Hanoi, dijo que en las primeras etapas del desarrollo, los niños a menudo se enferman, especialmente con enfermedades de oído, nariz y garganta.
Sin embargo, los padres sólo prestan atención a la prescripción sin prestar atención a los factores favorables que afectan el proceso de curación o la posibilidad de recurrencia de la enfermedad.
Por ejemplo, cuando los padres y abuelos ven a sus hijos o nietos enfermos, quieren alimentarlos mucho, lo que les provoca miedo a comer, provocando que vomiten mientras comen, o los alimentan demasiado tarde por la noche, o los llevan a lugares concurridos, provocando que se resfríen...
Según los médicos, los niños no deben comer demasiado en la cena y no deben comer después de las 8 p.m. porque comer demasiado en la cena puede ejercer mucha presión sobre el sistema digestivo del niño.
Cuando el estómago está demasiado lleno, la digestión se vuelve más difícil, lo que produce una sensación de malestar, hinchazón y empuje del ácido estomacal hacia la nasofaringe. La mucosa faríngea debe operar en un ambiente ácido en lugar del ambiente ligeramente alcalino anterior, lo que la hace más susceptible a la inflamación y dificulta el proceso de curación de la rinofaringitis.
Comer demasiado en la cena puede contribuir al sobrepeso y la obesidad. En los niños, las calorías ingeridas no se agotan porque son menos activos durante el sueño.
Como resultado, el tejido linfoide en la zona de la garganta crece demasiado, pero no puede garantizar la función protectora asignada a la nasofaringe. Por otro lado, debido al gran tamaño, se reduce el drenaje de las cavidades naturales de la zona de oídos, nariz y garganta, provocando que el líquido se estanque, causando otitis media y sinusitis.
Comer tarde, especialmente después de las 8 p. m., puede interrumpir el sueño de su hijo. Los alimentos que quedan en el estómago pueden provocar molestias y dificultar que el niño pueda conciliar un sueño profundo. La falta de sueño afectará el desarrollo intelectual y físico de los niños, provocando fatiga y reducción de la capacidad de concentración al día siguiente.
La calidad del sueño de los niños disminuye, lo que provoca una menor resistencia.
Si los niños comen regularmente en exceso en la cena o cenan tarde, esto puede crear malos hábitos alimenticios.
Es posible que los niños no aprendan a controlar las porciones, lo que conducirá a una alimentación poco saludable en el futuro. Establecer hábitos alimentarios adecuados desde una edad temprana ayudará a los niños a desarrollar buenos hábitos a lo largo de sus vidas.
Una dieta poco saludable puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes, presión arterial alta y problemas cardíacos más adelante en la vida. Educar a los niños sobre hábitos alimentarios saludables ayudará a proteger su salud en el futuro.
Para garantizar la salud y el desarrollo integral de los niños, los padres deben cuidar sus hábitos alimenticios. Inculcar el hábito de cenar temprano y con moderación, lo que ayudará a los niños a recuperarse de enfermedades otorrinolaringológicas y a evitar recurrencias, enfatizó la profesora adjunta, Dra. Pham Thi Bich Dao.
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Fuente: https://tuoitre.vn/bac-si-chi-ro-tac-hai-khi-cho-tre-an-qua-no-vao-buoi-toi-20241212203347957.htm
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