Ilustración
Cuando era niña, me encantaba que mi madre me meciera para dormir en una hamaca de bambú colgada entre dos pilares de la casa. La hamaca verde, usada a lo largo de los años, es un dulce recuerdo para mí.
Canción de cuna… aunque el puente de madera esté clavado/ El puente de bambú es desvencijado y difícil de cruzar…, la voz de la madre es profunda y lenta, mezclándose con el sonido del viento soplando entre las hojas, mezclándose con el sol seco del mediodía afuera del porche.
No recuerdo cuantas veces me quedé dormida en la hamaca, solo recuerdo mis dias de infancia llenos de amor, rodeada de la voz cantora de mi madre, del ritmo constante del vaivén de la hamaca como el aliento de mi tierra.
En esa misma hamaca, mi abuela estaba sentada masticando betel y contándonos a los niños cuentos de hadas. Allí descansaba mi padre después de largos días de trabajo en el campo, con los ojos medio cerrados y la boca tarareando suavemente una canción popular.
Recuerdo aquellas tardes de verano cuando de repente empezaba a llover, mis hermanas y yo nos reuníamos alrededor de la hamaca, escuchando a mi madre contar historias de su infancia. Mamá dijo que en el pasado, los abuelos también la arrullaban con esas canciones.
Resulta que esas canciones de cuna no son sólo canciones sino también el vínculo que une generaciones, el fluir del amor, el calor de la familia.
A medida que crecí, estuve lejos de casa, lejos de la hamaca de bambú que se había desgastado con el paso de los años. En estos días tan ocupados con el trabajo, rara vez tengo la oportunidad de escuchar la canción de cuna del pasado.
La ciudad está abarrotada, la vida es apresurada, ya nadie puede adormecer a nadie con las viejas canciones. Hay noches en que me quedo despierto en medio del ruido de la ciudad, extraño a mi madre, extraño el ritmo de la hamaca de mis días de infancia.
Anhelo volver a esas tardes de verano en brazos de mi madre, escuchando su canción de cuna familiar, sintiendo el calor de sus manos delgadas pero amorosas. Pero el tiempo no puede volver atrás...
Cuando regresé a casa, me sorprendió ver que la hamaca de bambú todavía estaba allí, sólo que mucho más vieja. Mamá ya no me arrulla como antes, pero en mí, la canción aún resuena en alguna parte: "Au o... el viento mece las ramas de bambú/ La canción de cuna de mamá resonará por siempre... La canción de cuna de la infancia es el amor de la familia, de la madre, por siempre conmigo durante toda mi vida./.
Nguyen Van Nhat Thanh
Fuente: https://baolongan.vn/au-o-nhip-vong-dong-dua-a193675.html
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